Se cumplen 200 años de la invención del braille, un sistema táctil de escritura y lectura compuesto por seis puntos que caben en la yema de un dedo y que permitió romper el aislamiento de las personas ciegas. En España se prepara ya la regulación en las etiquetas de productos y bienes de consumo.
La información básica de los productos de especial relevancia, su nombre, categorías o advertencias de peligro -como alergias-, deberá aparecer recogida también en braille.
Es el objetivo del proyecto de real decreto que tramita el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, encabezado por Pablo Bustinduy, para regular el etiquetado accesible de productos de consumo, en alfabeto braille y otros formatos, como códigos QR, y garantizar la protección de las personas con discapacidad visual y consumidoras vulnerables.
Se quiere aplicar a los productos empaquetados de consumo general (carnes, pescados, huevos, leche, café y conservas, entre otros) y a los potencial o claramente peligrosos, como los relacionados con la higiene, abonos, plaguicidas, pegamentos, encendedores y cerillas o bombonas de gas.
La etiqueta inclusiva tendrá que contener la información básica, como la denominación, la naturaleza, la fecha de caducidad, el consumo preferente o los alérgenos.
Pero también, deberá exponer otros datos como nombre y dirección de la empresa productora, composición del producto, fecha de producción, sistema de información nutricional e instrucciones para su correcto uso o consumo.
Bustinduy ha incidido en varias ocasiones en la urgencia de aprobar una normativa que permita que actividades cotidianas, como hacer la compra, "no supongan una barrera estructural para cientos de miles" de personas y que vele por el "derecho a una autonomía plena" de toda la ciudadanía.
"No es tolerable que una actividad cotidiana habitual, necesaria, se convierta en algo que pueda comprometer la autonomía y la seguridad" de los consumidores vulnerables, ha argumento el responsable de Consumo.
En el mundo hay 36 millones de personas ciegas. En España, más de 218.000 personas tenían capacidad visual como primera discapacidad, según datos del Imserso referidos a 2022.
200 años: Del punzón a lectores de pantalla
En este Día Mundial del Braille se celebra su 200 aniversario, y su impacto se compara con el de la invención de la imprenta para el resto de la humanidad.
Se basa en seis puntos que, con 64 combinaciones, se usan para componer letras y números, escribir en cualquier idioma, leer partituras o anotar partidas de ajedrez.
El sistema inventado por Luis Braille en 1825 marcó un antes y un después en el acceso a la cultura, a la educación y oara la vida diaria en general de las personas ciegas.
"Se derribaron un montón de barreras; antes estábamos aislados de la sociedad y ahora estamos totalmente integradas y esto ha sido posible gracias al braille", destaca desde la ONCE Marina Rojas, responsable de la Comisión Braille Española, el órgano creado para fijar sus normas de uso y que asesora a distintas empresas y organizaciones sobre cómo incluir este sistema en sus productos y servicios.
El punzón para marcar los puntos ha evolucionado con la tecnología en dispositivos que acompañan a las personas ciegas en su día a día, como lectores de pantalla e incluso pequeños dispositivos para los teléfonos móviles, como el Teclado Braille Hable ONCE.
El braille está presente ya en muchos entornos de la vida diaria de una persona ciega: en medicamentos y algunos alimentos, desplazamientos o en el acceso al ocio y la cultura.