La décima victoria consecutiva del Intasa San Sadurniño en su estreno en la máxima categoría nacional dejó, al menos, un mejor sabor de boca. En su enfrentamiento ante un rival al que derrotó en la primera vuelta como el Río Duero Soria, el equipo de San Sadurniño empezó el partido mostrando la errática imagen que lo ha venido acompañando en los últimos tiempos. Pero en el tramo final, a pesar de la derrota, demostró que con esta mentalidad –además del cambio de cara que ha experimentado su plantilla– tiene la capacidad de luchar por la permanencia al final del campeonato liguero.
De entrada no cambió demasiado el aspecto del Intasa con respecto al de los últimos partidos a pesar de los regresos de Saulo Costa y Dimitri Baranov. De hecho su fragilidad en la recepción, principalmente, aderezada con algunos fallos puntuales en el saque o en el remate le hicieron verse cada vez más lejos de su rival poco a poco hasta perder el primer set de manera clara y dejando una mala impresión.
Inflexión
Mejoró en el segundo parcial el equipo de San Sadurniño, pero no lo suficiente como para competir la victoria en el set. Al menos, así parecía decirlo el 18-12 que se registraba en el marcador. Sin embargo, fuese porque el cuadro local se confiase por la superioridad que estaba mostrando o porque el cuadro subiese su nivel, el hecho es que el Intasa neutralizó esa desventaja y hasta se puso puntualmente en ventaja. Sin embargo, a la hora de decidir el parcial, el cuadro soriano aprovechó a la primera un error del rival para llevárselo y asegurarse un punto.
Con la recuerdo del partido de la primera vuelta en la memoria –entonces el Intasa remontó una desventaja de dos mangas para llevarse la victoria–, el Río Duero Soria se esforzó en que la historia no se repetiese. Y, aunque el rendimiento del cuadro de San Sadurniño fue más estable que nunca –los primeros tiempos de Saulo Costa empezaron a aparecer, igual que las colocaciones de Andrés Portero o el empuje del canadiense Eric Girard–, eso no le alcanzó para impedir que su rival estuviese por delante en todo momento y acabase llevándose una victoria que, de todas formas, no sabe mal como otras veces.