La profesora Pilar Berrio (ahora en el Sofía Casanova, antes en Cabatois y Canido) presentó en la biblioteca de la plaza de España, en un acto abarrotado, “El mayordomo de Scotland Yard” (Bubok), el primero de una serie policíaca que tiene ya tres volúmenes y con el que se ha lanzado a dar a conocer a los demás su afición por la escritura. En este caso un joven marino busca, con la ayuda de un amigo, a su hermana, que ha tenido que huir a de su hogar mientras ellos estaban embarcados. En la resolución del caso, un mayordomo y una bibliotecaria tendrán un importante papel. En la trama se filtra también una compleja historia de amor.
¿De dónde sale este mayordomo?
A mí siempre me gusto muchísimo leer y también contar historias y escribía para la familia, para mi madre, mis hermanas, mis sobrinas, mi hija... primero cuentos y luego ya novelas. Me decían que les gustaban mucho. Y una amiga a la que le he dedicado la segunda de las novelas, que es Juana Corsina, y que también había publicado tarde en su vida, fue la que me animó, la que me decía que valía la pena. Un verano me puse y así fue que empecé uno tras otro y uno me pedía más y más.
¿Por qué transcurre en en esa época (siglo XIX) y lugar?
Concretamente lo situé en la Inglaterra victoriana porque a mí me fascina toda la narrativa de Jane Austen y de las hermanas Brönte. Me gusta mezclar géneros porque es novela de costumbres, con un toque romántico pero también una serie policíaca, con un mayordomo que en vez de ser el asesino, como suele pasar, es el detective. Cada libro de la saga se puede leer de forma independiente y vas viendo cómo avanza el mayordomo en su nuevo oficio.
Una serie le permite abordar aspectos muy diferentes en cada aventura.
Claro, porque al principio el mayordomo no salía de Inglaterra, de Escocia, pero ya en la tercera parte se va a Italia [“El caso de la profesora de Padua”], eso sí que es muy autobiográfico porque yo pasé un curso en Italia y son mis recuerdos de ese año. Y luego en la cuarta parte, que estoy acabando ahora, se va a América, empieza a viajar y no para. Lo que es muy interesante, desde mi punto de vista, es que el mayordomo no está solo, tiene una ayudante, al igual que Sherlock Holmes tiene al doctor Watson, que es una bibliotecaria de Bath, de la ciudad balneario del sur de Inglaterra. Ella se llama Miss Berry y hay un juego muy claro conmigo misma, que soy Berrio. Y ella es bibliotecaria y a mí también me fascina el mundo de las bibliotecas escolares, siempre me he dedicado a ello. Desde su puesto, Miss Berry le ayuda y le facilita toda la labor de investigación, de documentación. Y entre los dos, que son de mediana edad, hay una relación muy educada, muy british, pero poco a poco se va viendo su evolución y es muy graciosa.
Menciona a Sherlock Holmes, ¿qué otros autores la han influido en lo detectivesco?
Sherlock Holmes me entusiasma, también Agatha Christie, por supuesto, y más contemporáneo me gusta mucho la serie de Lorenzo Silva de la sargento Chamorro y del brigada Bevilacqua, y también un profesor de Murcia que se llama Jerónimo Tristante que escribe casos de un detective decimonónico en el Madrid de Galdós. Yo soy de la sociedad galdosiana y me encanta el mundo de Galdós.
¿Cómo ha sido el proceso para llegar a publicar?
No es fácil porque cuando no tienes libros publicados nadie apuesta por ti, es un poco una pescadilla que se muerde la cola. Yo había publicado la tesis en la Complutense, y libros de texto, cosas más didácticas y de mi especialidad en Filología, pero no narrativa. Lo intenté por editoriales convencionales y no me fue fácil. Entonces haciendo un curso aquí en el Sofía Casanova, en un seminario de trabajo de bibliotecas, vino un profesor de Vigo que se llama Carlos Ardao, y hablando del libro digital y del futuro de las bibliotecas nos explicó el sistema que sigue la editorial Bubok. Ya que parecía tan fácil lo intenté y efectivamente, es una edición por internet, pero también los puedes pedir en librerías. La verdad es que la red es una manera muy útil de sacar adelante autores que no tienen otro sistema. Pero yo sí que aspiro, una vez que ya tengo estos libros publicados, a intentarlo de nuevo con otras editoriales.
Internet ofrece además una relación muy directa con los lectores. ¿Qué respuesta recibe?
A través de esta editorial tienes un sistema de correo por el que muchos lectores te escriben y yo, en la biblioteca, de siempre tengo un blog y ahora Twitter e Instagram... Es una manera de comunicarse impresionante, sobre todo con los alumnos y con la gente de su generación, que están al día constantemente, y da mucha alegría que te sigan y que te pongan “megustas” en tus fotos. El publicar te da muchísima satisfacción porque, primero, no están los libros en el cajón, y luego no están solo en el círculo de tu familia, es una satisfacción que chavales desde los 12 años hasta madres de compañeros míos que a lo mejor tienen 80, te digan que les gusta lo que haces, eso es estupendo.
En este primer libro hay una importante presencia del mundo naval.
Sí, en el primer libro y sobre todo en el segundo [“El honor del comandante Mckay”]. Este último me vino a la mente haciendo una visita al Arsenal de Ferrol, porque había venido una sobrina mía de Madrid a pasar el verano con nosotros, y la llevamos. Ese mismo día ya se me ocurrió la historia, la de una chica que va a un Arsenal a investigar unos papeles porque su padre había sido condenado a muerte en un consejo de guerra hacía 20 años y ella creía que era inocente y quería lavar su honor. Hay una historia de amor con un oficial del Arsenal... Yo dije, esto es Ferrol, solo que como mi mayordomo es inglés, lo puse cerca de Plymouth, pero yo veía todo el rato Ferrol, Ferrol, Ferrol. Estoy esperando a que el mayordomo venga aquí, pero no sé cuándo. Porque es que la ciudad tiene una novela pero clarísima en el XIX.
¿Qué planes literarios tiene? ¿Cuánto más va a seguir esta serie?
Estoy acabando el cuarto y espero escribir el quinto, el sexto, a ver qué da de sí. Y aparte ya tengo otra novela terminada que no tiene nada que ver con la saga, que es una novela histórica en la época de las guerras de Granada, con Isabel la Católica al fondo. Es otra historia de amor y me llevó mucho más tiempo documentarme en serio sobre el siglo XV. Estoy esperando para sacarla en una editorial más convencional.
¡Cuánto habrá agradecido el consejo de Juana Corsina!
A Juana Corsina la quiero un montón, es una poetisa excelente, es maravillosa. A veces hay gente en la vida que están a tu lado en el momento justo para darte un buen consejo y es que es impagable. n