el cantante y actor brasileño Tiago Barbosa vio su vida cambiar gracias a “El Rey León”, obra que le trasladó desde una favela de Río de Janeiro a la madrileña Gran Vía, donde a partir de ahora protagoniza la octava temporada del musical en el Teatro Lope de Vega. “’El Rey León’ cambió la historia de mi vida, la historia de mi familia. De verdad fue un regalo de Dios para mi vida”, cuenta Barbosa (Río de Janeiro, Brasil, 1985).
El carioca ya se había transformado en león en la versión brasileña del espectáculo, inspirado en la animación de 1994 que tiene en su repertorio músicas firmadas por Elton John y Hans Zimmer. Tras meterse en la piel del león durante dos años y ser galardonado tres veces en Brasil por su actuación, Barbosa quiso alejarse un poco del papel e integró el reparto local de la comedia “Sister Act” e hizo historia al ser el primer actor negro en interpretar el papel de príncipe en el musical “Rodgers & Hammerstein’s Cinderella” (La Cenicienta).
Fue durante esta función cuando Barbosa encontró un correo electrónico olvidado en su papelera. Firmada por Disney, surgía la invitación de volver a integrar la familia del Rey León, ahora cruzando el Atlántico para el más largo montaje de la obra en español, siete años en la cartelera. El artista, que no se imaginaba volviendo al musical, se acuerda que le temblaban las piernas, que lloró y que aceptó esa oferta y, a partir de entonces, se dedicó a estudiar castellano, idioma que le parece “muy bonito” pero que le costó aprender al principio.
Su primer contacto con ese musical de Broadway fue un folleto que le enseñaron en una de las favelas más conocidas de Río de Janeiro. Barbosa dijo que, a pesar de haberse quedado encantado por el imagen de Simba en el folleto, no se identificó con el papel: “Era un actor muy fuerte, yo en esa época pesaba 59 kilos”, dice riéndose. Pero los directores le incentivaron a presentarse a una audición para la versión brasileña del musical y se hizo con el papel. l