La pinacoteca holandesa Boijmans Van Beuningen presentó ayer “Pure Rubens”, una exposición que estudia la evolución del maestro de pintura flamenca a través de sus bocetos y que ha contado con 20 préstamos del Museo del Prado. Dibujar bocetos en papel era algo habitual en el siglo XVII, pero Rubens fue el primer artista en “pintarlos al óleo o en lienzo de forma sistemática”, dijo a Efe el conservador del Museo del Prado Alejandro Vergara, que acudió a la presentación en Rotterdam.
El maestro flamenco hacía los ensayos para que los clientes pudieran tener una idea de cómo sería el cuadro final, y mientras que las versiones son casi idénticas en algunos casos, en otros se aprecian grandes diferencias. “Cada proyecto es un mundo para Rubens. No trabajaba sobre la base de fórmulas, cada caso era distinto”, explicó Vergara.
Las diferencias entre bocetos y versiones finales dependían de “su entusiasmo, las exigencias del cliente, los intereses del pintor o la energía que tuviese en ese momento”, añadió el conservador.
Ninguno de los ensayos de Rubens entró en el mercado del arte mientras que él vivió. En un encargo que recibió de los jesuitas de Amberes, estos le pidieron todos los bocetos, pero el maestro se negó y acordó con los religiosos “pintarles un cuadro más”, contó Vergara.
De los 500 ensayos que se calcula que hizo Rubens, el Prado y el Boijmans Van Beuningen han logrado reunir algo más de 70. “No sabemos lo que pasó con muchos de los bocetos. Los cuadros que le encargó la monarquía española fueron al Prado, pero los bocetos se los quedó él”, dijo Vergara.