No es la primera vez que se ven las caras esta temporada, pero sí que será el primer duelo que protagonizan en la liga y, teniendo en cuenta que la competición está arrancando y ninguno quiere quedarse descolgado, el Baloncesto Narón y La Sidrería Ferrol pondrán todo de su parte para salir airosos. Lo harán en el pabellón de A Gándara, a partir de las 18.30 horas, en una confrontación en la que tanto unos como otros tienen muy claro lo que tienen que hacer y lo que no para desequilibrar la balanza a su favor.
Y es que, si se impone el guion preestablecido, el cuadro naronés depositará la responsabilidad de comandar el juego en su pareja interior –Marcos Sanesteban y Armenio Pazos–, una de las más completas de la liga. En el partido de Copa, el Narón sufrió cuando los “falsos” pivots de La Sidrería –no tenía demasiadas rotaciones interiores y empleó como tal a aleros altos– los hicieron jugar abiertos, algo que los de Suso Varela esperan que no se repita. Su viabilidad interior dependerá también del estado de Pazos que, junto con Jaume, arrastra algunas molestias físicas que su técnico cree que no le impedirán jugar en un partido como este, en el que la motivación, sobre todo en las filas naronesas –tiene varios jugadores que militaron en su rival– es especial.
Puestos a pedir, y si los locales apuestan por controlar el juego, explotar los ataques en estático y sacar partido de sus situaciones de ventaja interior, lo que le convendría más a La Sidrería Ferrol sería un partido “loco”, de esos que no tienen dueño, más abierto a la improvisación y en el que la inspiración y acierto puntual de los jugadores cobra protagonismo. “Pero defendiendo fuerte”, eso sí, advierte el técnico del cuadro ferrolano, Pablo Rodríguez, consciente de que su equipo no puede asumir que el marcador vuelva a moverse en guarismos tan elevados como en la Copa.
En su caso, la mayor preocupación serán, de nuevo, las lesiones, pues sus dos interiores, Koyanouba y Novovic, se recuperan de sendos golpes y  Borja González e Isma Fernández serán duda como consecuencia de una rotura fibrilar.