Con la prudencia que debe caracterizar a un investigador, el director del equipo que desde el lunes busca en la ría de Ferrol el pecio de la “Ragazzona”, el mayor navío de la Armada Invencible, aseguró ayer que han aparecido “restos de un naufragio, elementos metálicos y de artillería, en concreto cañones” que creen que pueden corresponderse con esta embarcación. David Fernández Abella lidera un proyecto promovido por el grupo de investigación Arqueopat, de la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago, y en el que colaboran también la empresa de arqueología Argos y la unidad de buceo de la Armada con sede en A Graña.

El grupo que trabaja en el supuesto pecio de la “Ragazzona” iniciará ahora el estudio de las piezas halladas en la ría

El arqueólogo explicó que se ha procedido a la delimitación de la zona concreta del hallazgo –en el lugar previamente determinado para la búsqueda, en Cariño– para proceder ahora a un estudio individualizado de las piezas que incluirá mediciones, fotografías y registro y que habrá que realizar en el propio pecio, ya que desde el principio se concibió este trabajo como un primer acercamiento que en ningún caso contemplaría labores extractivas.

compatibilidad cronológica

Lo primero que tendrá que establecer el equipo de Fernández Abella es que los restos son cronológicamente compatibles con la época de finales del siglo XVI. Para este tipo de hallazgos no hay pruebas de carbono 14 que consigan realizar una datación fiable, de ahí que, como explicó el director del proyecto, ahora haya que iniciar un trabajo científico “que lleva su tiempo” y en el que habrá que realizar comparativas con el armamento de la época. Incluso puede llegar a suceder, reconoce el arqueólogo, “que no seamos capaces de asegurar al 100% que estos restos son de la ‘Ragazzola’”, aunque el propio hecho de que el pecio haya aparecido en la zona donde, según los documentos históricos, ocurrió el naufragio invita al optimismo.

El equipo de investigadores comparará las piezas con la época histórica

En cualquier caso, el proyecto del equipo investigador –“modesto pero esperanzador”, en palabras de su responsable– tiene como objetivo rescatar del “olvido y la ignorancia crónicas” un episodio y un patrimonio de gran importancia en la historia de Europa.

Avanzar más en el estudio de lo que se contempla en los planes de Arqueopat requeriría una excavación que ahora mismo no se puede hacer “por cuestiones logísticas y económicas”. El proyecto está autofinanciado por el grupo de investigación de la Universidad y no sería posible, dijo Fernández Abella, sin la colaboración de la empresa Argos y de la Armada. En cualquier caso, el equipo estaría dispuesto a profundizar en el estudio con nuevos trabajos en el yacimiento si surge esa posibilidad.