Ferrol se convierte desde ayer en la sede para Galicia del nuevo Consulado Honorario de Estonia. Al frente, Tomás Antón Lorca, uno de los gerentes de la empresa portuaria local Antón Martin (Shipping) S.L., que continuará así con la tradición familiar en estos terrenos de la diplomacia, muy vinculada además en el caso de los consultados a la actividad marítima.
Su abuelo y su tío –este último, Gonzalo Antón, lo fue de Francia, Países Bajos y Dinamarca– fueron ya cónsules en la ciudad y su padre, Tomás Antón Díaz del Río, todavía sigue ejerciendo estas funciones en representación de Irlanda.
Dice asumir con gran ilusión una función –no remunerada– a través de la cual intentará no solo ayudar a los ciudadanos de aquel país que residan o lleguen a la comunidad gallega, sino también promover las relaciones económicas y turísticas entre ambas partes.
Y es que a pesar de ser un país pequeño, de apenas dos millones de habitantes, y con escasa presencia por ahora en Galicia –la mayor concentración de estonios actualmente se encuentra en Málaga y Barcelona–, Antón Lorca destaca el gran interés que sus habitantes profesan hacia España. Además, considera que, estratégicamente, Estonia es un país muy importante.

actividades
Por ello, y desde su nueva posición como Cónsul Honorario del país en Galicia, tiene ya en mente la organización de seminarios y de otro tipo de actividades que permitan estrechar el contacto entre empresarios de ambos lugares y fomentar las relaciones entre ellos para un beneficio mutuo.
Hasta su designación oficial, el proceso fue largo, de casi dos años, dice. A partir de la propuesta hecha por su padre ante los estonios, el candidato tuvo que hacer frente a numerosas entrevistas, controles de seguridad y otros trámites previos a su nombramiento, que precisamente ayer fue escenificado en el transcurso de un acto celebrado en el Hotel Carrís Almirante.
En el mismo estuvieron también presentes el embajador de la República de Estonia, Toomas Kahur así como la subdirectora general de servicios consulares de aquel país, Tiina Nirk.
Así pues, desde ayer, Antón Lorca ejerce como Cónsul Honorario de Estonia en Galicia, un cometido que, en realidad, dijo, “se parece mucho a la actividad que hacemos los consignatarios, en el sentido de ayudar a gente extranjera”. Porque a diferencia de antaño y de aquellos consulados con atribuciones administrativas, los honorarios básicamente asumen funciones de representación y protección de sus ciudadanos en el correspondiente país.