Parece que últimamente la comarca de Ferrolterra no puede dejar de presumir del surgimiento de jóvenes talentos. En esta ocasión en el ámbito de investigación musical, pues el ferrolano Javier Rivas Rodríguez recibió ayer el premio SGAE Fin de Grado en Historia y Ciencias de la Música de la Universidad de Oviedo. El motivo es que su expediente resultó ser el más brillante de su promoción.
Se trata de un galardón, que empezó a otorgarse en 2004, con el que la SGAE reconoce el talento de los nuevos musicólogos pues considera que son una garantía del porvenir de nuestro patrimonio musical.
Javier cuenta que este galardón le cogió un poco de sorpresa “sabía que no tenía malas notas, pero tampoco esperaba recibir ningún premio por mi expediente”. Sin embargo, el ferrolano se encuentra muy entusiasmado por haberlo obtenido. “Es un reconocimiento por todo ese esfuerzo tanto el mío invertido en las horas de clases y estudio, como por parte de mis padres por el gran desembolso económico que supone cursar estudios universitarios”, señala.
El acto tuvo lugar ayer por la mañana en la biblioteca de la Universidad de Oviedo. Previamente a la entrega de los galardones a los alumnos más brillantes–por parte de distintas entidades dependiendo de la rama de estudios cursada– los premiados recibieron una ponencia sobre el cambio climático y la necesidad de cambiar la mentalidad, optando por el uso de energías renovables y el reciclaje.
Javier es graduado profesional en piano por el conservatorio de Xan Viaño, donde estudió este instrumento durante 10 años. Fue precisamente allí donde descubrió que era musicología lo que debía estudiar. “Tuve un profesor de esta materia en el conservatorio y él se percató de que me gustaba escribir e investigar sobre música. Por ello me recomendó que estudiara esta carrera y creo que fue la elección correcta”, afirma.
Además, el ferrolano cursó un año de sus estudios en la universidad de Helsinki gracias a una beca Erasmus. “Todos los comentarios que había recibido acerca del programa Erasmus eran positivos. Así que me lancé a la aventura. Aunque antes lo consulté con mis padres ya que, a pesar de tener una ayuda económica, no cubre apenas el gasto que genera una estancia en el extranjero. Fue la mejor decisión que he tomado nunca pues lo considero el mejor año de mi vida, sin ningún tipo de dudas, tanto a nivel académico como personal. Cualquiera que tenga la oportunidad debería hacer un Erasmus y, a poder ser, realizarlo en un país que no sea tan cercano culturalmente a nosotros como pueden ser Italia o Portugal. De esta forma podrá verse en un ambiente totalmente diferente”, apunta.
Pese a que admite ser muy desorganizado y estudiar la semana anterior a los exámenes señala dos claves para lograr la excelencia. “Por un lado, el esfuerzo diario de asistir a las clases y que te interese la materia impartida; por otro el apoyo de la familia, tener un sitio adecuado para estudiar. Por ejemplo, en mi caso yo nunca viví en una casa con mucha gente, en la que se generasen muchos problemas, y eso hacía que siempre tuviese la posibilidad de tener un espacio tranquilo para el estudio, sin tener que ir a la biblioteca”, explica.
El ferrolano es también un gran aficionado a la literatura, desde pequeño le gustó leer y siendo adolescente ganó varios concursos de relato. Además, en 2014 publicó la novela “La espada y la pluma”. Ahora, intenta enlazar esos dos mundos artísticos con su investigación centrada en la figura del cantautor, “que es una figura entre el músico y el poeta”, recalca.
Javier acaba de regresar de Bolonia, donde pudo cursar prácticas en una escuela de música gracias al programa Galeuropa.
Desgraciadamente, el joven, como muchos otros talentos del país, se ve abocado a la fuga de cerebros y cuenta que está pensando volver a Finlandia pues “gracias a algunos contactos que hice durante mi Erasmus se que hay oportunidades de trabajo”..