Alguien habrá que no sepa cómo se alumbró esa industria emplazada en el corazón de la ría cuyo emplazamiento, al lado de un polvorín fabril del mismo dueño, tanto rechazo produce. Lo relata muy bien el ingeniero industrial ferrolano y profesor en la UDC Manuel Lara Coira en el número de noviembre de la revista “Dinamo Técnica”, de donde extraigo algunos datos.
En 1987 la pública Gestenga colaboraba con Enagás, también pública, en el estudio de las posibilidades de utilización de gas natural licuado en Galicia. En 1989 la debilidad del gobierno de Felipe González le hizo tener que gobernar haciendo concesiones a nacionalistas vascos y catalanes.
En 1991 el gobierno aprobaba el Plan Energético Nacional 1991-2000, impulsando el desarrollo de la industria gasista y a finales de ese año, “Catalana de Gas y Electricidad, S.A.” se convertía en “Gas Natural SDG, S.A.”, absorbiendo a “Gas Madrid, S.A.” y los activos de gas canalizado de “Repsol Butano S.A.”, poseyendo así todo el sector de distribución de gas en España.
En 1992 se firma un protocolo de colaboración para la construcción por Enagás en Ferrol, proximidades Cabo Prioriño Chico, una planta de gas natural, gasoducto de transporte y redes de distribución. Nace así “Gas Galicia SDG, S.A.”, participada por Gas Natural, Xunta y Caixa Galicia. A su solicitud, Gestenga elaboraría la documentación técnica para la concesión de la autorización administrativa de las redes de suministro de gas natural canalizado en varios municipios.
En 1993 el gobierno socialista, sin mayoría absoluta, cuenta para gobernar con el apoyo de los nacionalistas catalanes. Son presidentes Felipe González y Jordi Pujol; Miguel Roca, portavoz de CIU en el Congreso, mediador.
En 1994 el INH vende a “Gas Natural SDG, S.A.” el 91% del capital de Enagás (y en 1998, el 9% restante), cancelándose el proyecto de la terminal gasista en la ría de Ferrol, planteándose la gasificación de Galicia con la construcción de un gasoducto troncal desde Asturias hasta la frontera portuguesa para el suministro del gas argelino. Prima ya el interés empresarial por la inversión en infraestructuras de mayor y más rápida rentabilidad que el de gasificar Galicia.
La integración del sector gasista español en el grupo catalán “Gas Natural SDG, S.A.”, constituye un monopolio que dominará el proceso de liberalización al que obligaría la integración de España en la Comunidad Europea.
En 1996 Felipe pierde las elecciones frente a Aznar, también necesitado de apoyos nacionalistas de PNV y CIU. Enagás iniciará las obras del gasoducto Tuy-Villalba, que no se terminan hasta 1998. Con todo y para ir captando clientes, “Gas Galicia” fué construyendo instalaciones de distribución de aire propanado en distintas ciudades.
En 1998, conectadas al gasoducto, entraron en servicio las redes de distribución pero la exasperante lentitud de “Gas Natural” en la agilización de infraestructuras hizo que se renovase el interés por una terminal de recepción, almacenamiento y gasificación de gas natural licuado desde la que alimentar las redes gallegas de gas natural sin depender del monopolio existente. Es aquí donde surge el impulso empresarial de Roberto Tojeiro quien, consultado con “Gas Galicia” el precio del suministro y pareciéndole cantidades desorbitadas, se interesó por el precio en origen del gas y ante el fantástico margen comercial decidió construir él mismo la planta.
En mayo del mismo año viaja con el presidente de la Xunta, Fraga, a Libia para negociar el suministro de gas natural licuado a la planta gallega y ante las buenas perspectivas, en 1999 se constituye Reganosa, participada al inicio por Endesa, Unión Fenosa, Xunta, Caixa Galicia, Caixanova, Banco Popular y Sonatrach. Ingenierías especializadas en este tipo de obra civil se vuelcan en el proyecto básico de los gasoductos de transporte y las centrales de ciclo combinado de As Pontes y Sabón y sus interconexiones con el gasoducto troncal de Enagás. Pero la irritación de Gas Natural y Enagás no se hacen esperar como tampoco la aparición de los efectos colaterales: políticos, administrativos y, sobre todo, sociales.
En enero de 1985 el Consejo de Ministros nombra a Guzmán Solana vicepresidente del INH. En 1996 es nombrado consejero delegado de Gas Natural y vicepresidente de Repsol YPF en 1999. Presidente de Enagás en el 2000 y consejero dominical (accionista) de Gas Natural en 2005, presidiendo desde 2002 una SICAV en la que es consejera su esposa, María Fernanda Gabeiras Vázquez, hermana de Patricia, socia entre 1998 y 2003 en “Roca i Junyent Abogados Asociados”, fundado en 1996 por Miquel Roca, el portavoz de CIU en el Congreso allá en 1993 cuando Felipe y Pujol..., y presente en todos los asuntos legales relativos a Gas Natural, Sacyr o La Caixa.
En 2001 comienzan los preparativos para la construcción de la planta mugardesa. También se constituye el Comité Ciudadano de Emergencia cuyo objetivo perseguía que la planta se construyese en el exterior de la ría. El presidente honorario es el Tte.Gral. Gabeiras, suegro de Guzmán Solana y padre de Patricia, abogada también del CCE.
En 2004 comienza la construcción de la planta, contraviniendo normas urbanísticas fruto del españolísimo “ti vai facendo que xa se amañará si há lugar”. El pasado noviembre hizo 10 años del inicio de su explotación comercial y repasar todo el proceso ayuda comprender no sólo la razón de las puertas giratorias sino también la del impuesto al sol e impedimentos a toda forma de autoabastecimiento energético. Ya lo dice @joluanguita en las redes: “Lo bueno y barato pal pueblo perjudica intereses bastardos”