Tras el boicot de Vox a la protesta que se llevó a cabo en Madrid por una víctima de violencia de género, donde en la pancarta se leía “la violencia no tiene género”, se debe afirmar de forma rotunda que “la violencia SI tiene género”.
Aquellos que aún creen que la ley es discriminatoria porque criminaliza a los hombres, solo deben observar cuantas mujeres mueren asesinadas a manos de sus maridos o parejas sentimentales, frente a los hombres. Pero es más, cuando un hombre es asesinado por su mujer o pareja no lo hace por el hecho de ser hombre, sino por otros motivos que son variables en cada caso.
Varios expertos han analizado la importancia de reconocer la violencia específica sobre las mujeres en cuanto al significado efectivo de “Violencia de Género”. Mucha gente aún cree que se denomina así a cualquier agresión dentro de la pareja. Otros solo consideran como Violencia de Género las agresiones hacia las mujeres dentro de una relación sentimental, pero no saben por qué y les parece discriminatorio que no se incluya a los hombres.
Sin embargo, es fácil de entender por qué solo pueden ser víctimas las mujeres, puesto que las cifras oficiales no ocultan quien muere mayoritariamente y quién no. Por lo tanto, solo las mujeres pueden ser víctimas de violencia de género. En una sola década la cifra de asesinadas por sus parejas asciende a más de 800 mujeres (decenas de miles de maltratadas), solo por el hecho de serlo. No por buscar su herencia, no por un crimen pasional u otros motivos. Son mujeres. ¡Punto!. En esa relación de pareja la victima solo tiene un género: el femenino. Y estas cifras son las que en su momento justificaron la Ley de violencia: proteger a la mujer frente al hombre. Eso no quiere decir, que haya supuestos donde la mujer utilice la herramienta de la ley para buscar ventajas espurias. Estos casos tienen su propia herramienta: deben ser perseguidas las denuncias falsas. De la misma forma que la fiscalía tiene instrucciones de acusar en los casos de violencia de genero aunque la mujer no presente denuncia, está obligada a acusar y perseguir aquellos supuestos donde existan indicios de que la denuncia puede ser falsa. Pero esto en la práctica no se hace y además es impopular. Pero ello no impide que se considere que las protegidas por la ley deban ser las mujeres frente al hombre. Al igual que en el Código Penal existe un tipo penal de actos racistas y xenófobos para condenar clases específicas de delitos, del que curiosamente nadie se queja.
¿Qué se conseguiría incluyendo a los hombres en la Ley? Pues negar que el género es el motivo de este tipo de delitos. Y en vez de proteger a la mujer del machismo estructural, invisibilizaríamos el hecho. Además pondríamos en el mismo cesto estos delitos como si unos y otras hubieran delinquido por el mismo motivo. Las mujeres no maltratan o matan a hombres por ser hombres.
Cuando nació la ley en 2004, no se consideraban como víctimas de violencia de género a los hijos que quedaban huérfanos, por ejemplo. Ahora sí se incluyen, pero aún quedan víctimas de esta violencia que no están incluidas y cuya motivación para llevar a cabo el delito sigue siendo la del género, por ejemplo: prostitutas asesinadas o maltratadas por sus clientes, violaciones o agresiones a mujeres por hombres que no son su pareja ni existe vinculación sentimental alguna. En estos casos la relación de poder del hombre hacia la mujer sigue siendo el motivo principal por el que se producen, por lo que la ley también debería darles cobertura como otra forma de violencia machista, como recoge el Convenio de Estambul.
En definitiva, citando al Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales e Igualdad: “Si se pone de manifiesto que cada vez más mujeres acaban con relaciones que las dañan y anulan por el simple hecho de ser mujer” y, a su vez, el hombre no sufre este tipo de violencia por ser simplemente hombre, ¿porque motivo tendría que aplicar esta Ley a ellos? No hay ningún motivo y, de hecho, la ley perdería completamente su sentido.
Emma González es abogada