Ana Pontón, el rostro humano del Beneguai, aprovechó la campaña de las últimas autonómicas para darse una vuelta por su Sarria natal y visitó su panadería “de toda la vida”, donde se puso del lado de dentro del mostrador y despachó algunas barras, empanada e incluso tarta de manzana. Las malas lenguas aseguraron que se estaba preparando para el día siguiente a las elecciones, pero fallaron, porque logró un escaño en el Parlamento. Y es que Sarria es tierra de buen pan y buenas panaderías. Una de ellas, Pallares, exhibe estos días en el escaparate el dinocarozo, una criatura que hasta podría tener cierto parentesco con el dinoseto de Vigo. Habrá que estar atentos, no vaya a ser que una noche salgan los dos de troula, hagan cositas y acaben engendrando un bicho tan feo como el porcoril, ese híbrido de jabalí y cerdo vietnamita que anda polos montes do pais adiante y que arrasa todos los cultivos que encuentra a su paso. Quizá haya que incluir unas gotitas de bromuro en el menú de los dos.