or si no era suficiente el problema de las fake news, ahora hay que añadir la postura descaradamente adoptada por algunos medios informativos de pronunciarse y conducir los programas arbitrariamente sobre temas que desconocen, confundiendo a la ciudadanía en lugar de informarla.
En el último programa de La Sexta, “Código Rojo”, se cansaron de utilizar torticeramente el hastag de “prisión perpetua” para referirse a la “prisión permanente revisable”; incluso no pocos intervinientes insistieron una y otra vez en dicho uso. El summun de la malaintencionalidad llega cuando se formula en la calle la pregunta de si no les parece suficientes 40 años como pena, que es la máxima permitida en España (30 cuando se trata de un sólo delito).
Hombre... Pues igual es que en efecto, 40 años es una burrada y conviene más al raciocinio, a la rehabilitación y a la reinserción que la máxima sean 25... o 15 si se quiere... y a partir de ahí se revise con la frecuencia que se considere, si el penado está en condiciones o no de vivir en sociedad sin peligro para ésta, entendiendo que no nos hemos vuelto locos y que el interés prevalente es el general. Pues no, en ese programa, como en otros, parece que lo interesante no es informar sino enfangar y confundir bien por responder a intereses determinados, bien por ser unos barrigas agradecidas.
Se alega que si el artículo 25 de la Constitución... Muy bien, pero no se tiene en cuenta y nada se dice del espíritu del legislador hace la friolera de 40 años, cuando no había ni se conocías las drogas de diseño, por citar un ejemplo, que agravasen o atenuasen las penas por las acciones execrables que bajo su influencia “animan” a cometer. Se argumenta también que si el manifiesto firmado por abogados, catedráticos, fiscales, jueces..., como si fuera dogma de fe. Claro..., como si los abogados no perdiesen casos, como si los fiscales no tuviesen en cuenta sugerencias de políticos y partidos con la esperanza de ser congraciados posteriormente con esos nombramientos cuasiadedo para cargos en altas instancias (esos que garantizan, jajaja, la independencia del poder judicial), como si los jueces a veces no mal sentenciasen (a veces a propósito para quitarse la patata caliente de encima) y para ello están los recursos pudiendo acudir a instancias superiores,... Como si, como si... Y para flagrante muestra de desatino, aquel famoso juicio contra Arnaldo Otegui con el que todos los prebostes del Derecho Penal del momento que intervinieron en él quedaron en entredicho en la Facultad de Derecho de la UDC ante el imbatible trabajo de una alumna de Derecho Procesal, de tercero, para el que el profesor no tuvo más palabras que ilustrarnos que las vacas sagradas, precisamente por serlo, se dormían en los laureles y el caso no se lo habían trabajado como en cambio sí lo había hecho la brillante alumna, consciente de estar contrariando a aquellos consagrados que no estaban puestos al día.
Se siente impotencia ante vaciedad de criterio de quienes habitualmente, medios informativos o ciudadanos particularmente, son proclives a hacer de memos y memas, dioses, porque si así no fuera, otra gallo nos cantaría. Se le atribuye a Simone de Beauvoir la siguiente frase (que no conversación): “Ser pobre y de derechas -hoy no distinguiría- es como ser puta y pagar por el polvo”. No podemos poner eso, Simone. “Pues pon:`El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos’ “ Por analogía: “el político no estaría tan empoderado, liándola, si no tuviese cómplices entre la masa que lo sustenta y sostiene”.
A propósito del tema este de la prisión permanente revisable, hay un artículo buenísimo, al modesto entender de quien suscribe, escrito por la ferrolana Milagros Lara Coira: “Prisión Permanente Revisable: ¿por qué no?”. Claro, directo, conciso, no tiene tacha alguna salvo la que le quieran inventar los amigos del no y demás liantes y demagogos, quienes no harán otra cosa más que seguir erre que erre, balando, alentados por esa parte de la sociedad aludida más arriba la cual suele quedar luego muy satisfecha consigo misma organizando la sociedad en conversaciones mantenidas en su mejor parlamento, la tasca, donde somos muy de arreglar el mundo.
Sostiene Milagros Lara que “No es honesto identificar condena revisable con perpetua para apelar a los sentimientos. Perpetua como la de Auschiwitz, o el Gulag soviéticos, o la de China. Nada más opuesto al espíritu de la ley”. “Para delitos de tal gravedad que exigen que su tratamiento punitivo, dentro de la proporcionalidad, no sea equiparable a otros”. “Una pena que contempla la posibilidad de revisar la condena y de obtener la libertad condicional toda vez que se acrediten la reinserción y el cumplimiento íntegro de una parte de dicha condena no parece desacertado”. “Parece razonable esperar que se les exija a quienes cometen delitos de tal magnitud, su demostrada reinserción antes de reincorporarse a la sociedad”. “Condena revisable, no perpetua”.
Parece tan desbaratada y embarullada la sociedad española que no serán pocos los millones de españoles que verán como un clavo ardiendo la sensatez que rezuma la apolítica Asociación de Jubilados de España, recientemente constituida y nacida inicialmente para rebelarse contra la apoteósica subida del 0,25% de las pensiones, que podría haber sido de 1euro si la Báñez no hubiese tirado el dinero en el doble correo postal con el que anunció el incremento. Ni que decir tiene que está en ella ese tal @joluanguita que circula en las redes.