Decía Newton que todo o que sube baja… cuando le cayó la manzana encontró la ley de la gravedad, pero no siempre sucede así o por lo menos se olvida esa ley intencionadamente o se aplica según convenga. Cuando había sequía no “caía agua” y la luz subía. Llovió muchísimo y el precio de la luz no bajó.
Cuando había crisis subieron los precios en proporción a los sueldos que bajaron, pero ahora que estamos un poco estabilizados, los sueldos cada vez son peores con los trabajos temporales y los precios que se incrementaron ahí quedaron, subiditos a la rama. Bueno, miento los políticos aumentaron su “caché” de “esa manera” con tarjetas negras, subvenciones para cursos, sueldos vitalicios en vez de ir al paro, y todo lo que ya sabemos, pero tú ciudadano de a pie, no pagues la multa de estacionamiento del ORA que pronto te la pasan a Hacienda y cobran y el marinero que no se le ocurra coger un kilo de más de pescado y venderlo y el pintor que no trabaje los fines de semana que como lo pillen. Claro, el dinero negro no es igual para todos ni la economía sumergida aunque hacienda seamos todos, independiente de los colores del que rige.
Y en esa época de recortes, se dieron tijerazos, bueno con tijeras de podar con mangos telescópicos que la primera vez que compré una, descubrí la mejor arma contra la planta invasiva de mi jardín y dura que era el bambú. Pero no fui yo la única porque los tijerazos fue la especialidad general para poder cumplir con la CEE, esa “madre acogedora” que sigue dejando a tantos refugiados fuera de sus promesas y se resiste entregar a los que no son hombres y esconden la mano después de tirar la piedra. Y podaron hasta los esquejes de los estudiantes sin medios, cuyas becas permitirían que crecieran, no hubo rescates para los autónomos pero si para las autopistas.
Las mujeres siguen siendo asesinadas y los bosques siguen quemándose por falta de medios pero si supieron desbrozar las ramas de la ley de la dependencia para que los ancianos que con su esfuerzo, sacrificio y épocas de posguerra, levantaron este país, para que ahora esos descendientes de puños inmaculados en sus despachos los abandonen en residencias que para desayunar solo les den, como en la época del hambre o peor, un café con leche (tamaño de cafetería) y un trozo de pan, para comer tres albóndigas de bote con un poco de arroz y de merienda un yogurt y esto lo vi con mis ojos en un Centro de Día.
Cuando fui a protestar, los cuidadores me explicaron “con cierto misterio, casi hablando de la Inquisición” que los recortes…. Pero como le tomaron gusto al difícil arte de darle forma a un arbusto, pusieron los alambres con el copago de medicamentos y ahí se quedó perpetuamente. Yo cuando recorto un seto, la verdad que aparte de dar rienda a la creatividad, desestresa bastante y eso también debió sucederle a todos esos señores gobernantes, olvidándose de la ley de la gravedad, talaron el manzano entero desde las raíces y enterraron en vida a las personas, familiares y en el 80 por ciento las hijas, que cuidan de esos ancianos porque si antes podían tener “un equivalente al sueldo mínimo” por dejar de trabajar por atender a esas mujeres y hombres que nacieron por los años 30 y 40, les “compensan” su entrega de 24 horas con 220e al mes, porque todo aquello que bajó, no subió.
Por eso los pensionistas salen a la calles, a pedir dignidad y garantizar sus pensiones, porque no olvidemos que entre las listas de espera para operarse de cataratas, ya quedan ciegos, para llevar rehabilitación meses en lista de espera, ya quedan tullidos y con sus miserables pensiones no pueden recurrir a la asistencia privada, para calentarse en invierno la luz le asciende a 300 euros y no olvidemos que los inspectores presionan a los médicos para quitarles medicamentos.
Me da pena que solo salgan los pensionistas a protestar porque en poco tiempo, nosotros seremos ellos, ya que la ley de Dependencia es una quimera y la de la gravedad cuestionada.