Hay una iglesia española nostálgica de otros tiempos y dispuesta no sólo a no pagar el IBI, sino a sabotear en la medida que puedan la legislación sobre la eutanasia, el matrimonio homosexual, la ideología de género, y la lucha contra la pederastia en su seno. Esta iglesia que conspira contra el Papa Francisco, buscará en marzo de 2020 controlar la Conferencia Episcopal Española, y aunque sólo tienen asegurados unos 30 votos de los 118, todavía hay muchos indecisos, y sospecho que el gobierno español esperará al desenlace para tomar una decisión sobre el desfasado Concordato con la Santa Sede.
Sin embargo, me gustaría que no hubiera ningún Concordato, que es una forma de confesionalidad encubierta, y que una Ley de Libertad Religiosa impusiera la igualdad real de todas las confesiones, y la separación entre la Iglesia y un Estado cuya mayoría social no practica ningún culto religioso