Cumplido el primer objetivo de elegir una nueva Mesa del Parlament con mayoría independentista, presidida por Laura Borrás, ahora ERC y JxCat disponen de dos semanas para dejar atado un acuerdo que permita la investidura de Pere Aragonès como muy tarde el 26 de marzo, con aval activo o pasivo de la CUP.
Estas son las claves de una negociación en la que el independentismo se juega hacer valer la mayoría absoluta que obtuvo en las elecciones del 14-F.
LAS CONSULTAS DE BORRÁS
Borrás ha asumido la Presidencia del Parlament, un cargo que no entraba inicialmente en sus planes -se presentó al 14F para presidir la Generalitat pero quedó por detrás de ERC- y, aunque dirigentes de JxCat la animaban a dar el paso, a ella le generó "muchas dudas", según fuentes del partido.
Renunciando a ser la vicepresidenta de un eventual Govern liderado por Aragonés, se ahorra la posibilidad de que el futuro president la destituya si se complica su situación judicial, ahora en manos del Tribunal Supremo, que investiga presuntas irregularidades en contratos de su etapa al frente de la Institución de las Letras Catalanas, un caso por el que podría acabar siendo inhabilitada.
Como presidenta del Parlament, Borràs no tendrá poder ejecutivo pero sí una plataforma institucional de máxima visibilidad -clave si decide optar de nuevo a ser la candidata de JxCat en las siguientes elecciones catalanas-, y su primera tarea será abrir consultas en los próximos días con los líderes parlamentarios para proponer el candidato que reúna los apoyos necesarios para ser investido.
SE PERFILA OTRO BIPARTITO
El socialista Salvador Illa, el más votado el 14F, no renuncia a postularse a la investidura, pero sus opciones de prosperar son ya prácticamente nulas, dada la mayoría independentista -74 de 135 escaños- en el Parlament y las negociaciones en marcha.
Inicialmente, ERC planteaba un Govern "amplio" que sumara no solo a JxCat sino también la CUP y los comunes, pero la elección de la Mesa -de la que se ha quedado fuera En Comú Podem- refleja lo lejos que están los de Jéssica Albiach de esa negociación.
Fuentes de ERC justifican su negativa a apoyar la presencia de un representante de los comunes en la Mesa porque En Comú Podem no ofrecía ninguna contrapartida en forma de apoyo a un futuro Govern.
Pero también la CUP -que se negó a votar a Borrás, al estar molesta con el secretismo negociador de JxCat y recelosa por la causa judicial que arrastra- parece alejarse de la idea de entrar en el Govern, por lo que la fórmula más verosímil es un nuevo bipartito ERC-JxCat con el aval externo de la CUP, un calco de la legislatura pasada -que se caracterizó por los constantes choques entre socios-, aunque ahora con la presidencia en manos de los republicanos.
NUEVO REPARTO
Reubicada Borrás en el Parlament, quien se perfila como principal cara de JxCat en una nueva coalición con ERC es Elsa Artadi, que ya fue consellera de la Presidencia con Quim Torra y podría ser la nueva vicepresidenta económica.
Según las fuentes consultadas, JxCat podría asumir la cartera de Enseñanza, mientras que Salud seguiría en manos ERC, si bien todo el esquema del Govern será objeto de negociación en los próximos días.
Nombres como Damiá Calvet y Jordi Puigneró podrían repetir como consellers, aunque sus departamentos pueden sufrir modificaciones; Territorio y Sostenibilidad, por ejemplo, quedaría dividido si se crease una cartera de Acción por el Clima como desea ERC, que también sugiere una conselleria de Igualdad y Feminismos que podría encabezar Jenn Díaz.
Falta por definir el rol de Ramon Tremosa -JxCat podría perder el control de la conselleria de Empresa-, de Josep Costa -que acaba de renunciar a su escaño en el Parlament-, de Albert Batet -puede seguir al frente del grupo parlamentario de Junts o entrar en el Govern-, de Gemma Geis y de Josep Rius, todos ellos con posibilidades de jugar un papel relevante en este mandato.
EL RUMBO DE LA LEGISLATURA
Para asegurarse la investidura de Aragonés, ERC necesita no solo los votos de JxCat sino también, al menos, la abstención de la CUP, con la que negocia un giro a la izquierda: han activado grupos de trabajo específicos para abordar una renta básica universal, regular del alquiler, fortalecer el sector público y replantear el modelo policial de los Mossos d'Esquadra.
Otra de las grandes tareas a acordar es la hoja de ruta del procés: según las fuentes consultadas, se negocia poner un límite temporal al diálogo con el Estado, situando de nuevo la reivindicación de un referéndum en primer plano.
Vienen dos semanas de tira y afloja entre fuerzas independentistas y el propio expresident Carles Puigdemont, en una entrevista a El Punt Avui, advertía de que "no se puede dar por hecho" el acuerdo con ERC, sin bien las fuentes consultadas ven "bien encaminadas" las conversaciones y confían en que lleguen a buen puerto antes del 26-M.