¿A quién le puede interesar ver un vídeo de un famoso durmiendo? Pues a los miles que se extasiaron con aquel de David Beckham que se exhibía en una exposición en la National Portrait Gallery, por ejemplo. Lo que no está tan claro es cuánto estaría dispuesto a pagar alguien por tener la propiedad, que no la exclusividad, de un vídeo de este tipo. La respuesta, al menos si la protagonista de la pieza es Kate Moss, son 18.000 euros, que es lo que se ha pagado por el suyo en una subasta. Es, nunca mejor dicho, el sueño de muchos: que les paguen por dormir. Aunque en este caso el dinero tendrá fines benéficos.