El mercado de la eólica marina ha sido durante el último lustro uno de los sectores energéticos de mayor crecimiento en el mundo. Los esfuerzos globales por descarbonizar la economía, con una importante apuesta de Europa por colocarse a la vanguardia de la generación renovable, han hecho de este modelo una de las principales vías de actuación de la mayoría de naciones adscritas al Acuerdo de París.
En este contexto, el consorcio que forman Navantia y Windar firmó ayer con Iberdrola un acuerdo marco para la fabricación y suministro de cimentaciones “monopile XXL”, una variante de las afamadas “jackets” de un solo soporte y unas dimensiones considerablemente mayores. El convenio, rubricado en un multitudinario evento en el astillero de Barallobre, contempla que la eléctrica pueda realizar pedidos de 130 de estas cimentaciones fijas entre 2023 y 2025, por un valor de hasta 400 millones de euros. Pese a lo que pudiese parecer, no se trataría de un mero contrato, sino de una alianza en toda regla, dado que, por parte del consorcio, se creará en la factoría fenesa un área específica para la construcción de las estructuras –con una inversión de 36 millones de euros–; mientras que Iberdrola implica a ambas corporaciones en su estrategia de expansión de la eólica marina, asegurándose un suministro preferente de estos elementos para futuros parques.
La jornada comenzó con una intervención ante los medios de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la que hizo especial énfasis en el compromiso del Gobierno central con la economía verde, la generación renovable y el futuro de la comarca. Montero incidió en la importancia de este acuerdo, el cual permitiría que el astillero de Fene se convierta en “una referencia internacional en el área de las energías eólicas marinas”, gracias a “su capacidad tecnológica, cultivada durante los últimos años en proyectos que ya estaban en relación con esta línea” –en referencia a los múltiples contratos desarrollados por las tres compañías–.
La responsable de Hacienda aseveró que esta apuesta permitirá crear “empleo de calidad” y una producción “no deslocalizable” y “con capacidad de que se consolide en la comarca y el territorio”. En este sentido, Montero apuntó que la producción de “monopiles” propiciaría la creación de un millar de empleos, destacando la importancia de contar con un nuevo producto que ayude a diversificar la actividad naval.
En cuanto a la necesidad de carga de trabajo en Navantia Ferrol, la ministra hizo referencia al contrato de las fragatas F-110, asegurando que en tan solo unos meses comenzarían los trabajos de desarrollo de las mismas, aunque sin mencionar la posibilidad de contar con un contrato puente hasta el inicio de las mismas a mediados del próximo año.
Poco después de la intervención de la ministra dio comienzo el acto en sí, que fue abierto con las palabras de agradecimiento a los asistentes del director del astillero, Eduardo Dobarro. Tras él tomó la palabra el presidente de Iberdola, Ignacio Galán, que destacó la importancia del emplazamiento para la firma al ser el “escenario de la entrega de las primeras plataformas” fabricadas por Navantia y Windar cinco años atrás.
El máximo dirigente de la eléctrica hizo un repaso por la historia de la alianza de las tres compañías, con proyectos como Wikinger o East Anglia ONE, aseverando que esta colaboración ha permitido “crear una nueva línea de negocio con un enorme crecimiento”, haciendo de Galicia y Asturias “paños de desarrollo para un tejido industrial en un sector cada vez más puntero”. “Creamos hoy una alianza que combina los planes de crecimiento de Iberdrola con una cartera de proyectos eólicos marinos que van a requerir inversiones del orden de 30.000 millones de euros en todo el mundo en esta década”, apuntó Galán.
Por su parte, el presidente de Windar, Orlando Alonso, quiso destacar la importancia de las energías renovables, aseverando que han pasado de ser “una alternativa viable” para convertirse “en pilar indiscutible del sistema energético mundial”. Este nuevo producto, aseveró, “cuenta con una gran demanda internacional” y será usado en un 80% de los parques eólicos de todo el mundo. Del mismo modo se expresó el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, que aseveró que este acuerdo era una muestra del “compromiso de los poderes públicos” con Galicia, poniendo en valor las nuevas plataformas, a las que definió como “el producto estrella de las cimentaciones fijas” –apuntando, además, que pese a su gran demanda muy pocas compañías tienen capacidad para fabricarlas–.
Tras la firma del acuerdo llegó el turno de intervención del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que pese a alabar el convenio y lo que supone para la comarca, quiso centrar buena parte de su discurso en los problemas que atraviesa Ferrol.
Por un lado, Feijóo apuntó la necesidad de apostar por la eólica marina pero protegiendo al sector pesquero gallego el cual, afirmó, es el primero de la Unión Europea –10% del total tanto en pesca fresca como congelada– y el segundo territorio del mundo en producción conservera. El presidente de la Xunta, a su vez, se lamentó por la falta de carga de trabajo de Navantia Ferrol, reiterando la propuesta de construir un Buque de Acción Marítima, así como a apoyar el Pacto de Estado por la comarca, instando así a la colaboración interinstitucional.