Tras el obligado parón del año pasado, el viernes arrancaba con los mejores augurios el Felicia Pop Festival de este año, pues se vendieron en tiempo récord las 400 entradas que se pudieron distribuir, ya que los aforos están condicionados por los protocolos contra el covid. También lo estuvo el desarrollo del festival, ya que la mascarilla ha sido indispensable, al igual que disfrutar de la música bailando sobre una silla o el uso continuado de gel hidroalcohólico. Obligaciones todas ellas que no han restado ni un ápice de emoción a este tradicional festival que ya lleva más de dos décadas animando el verano fenés desde Limodre, siempre fiel a un estilo cercano y familiar que busca obsequiar a su público con una música pop de corte más alternativo.
Tras los conciertos inaugurales del viernes, la histórica finca de A Hortiña, ubicada en el número cinco de la carretera de la Armada, acogió ayer una última jornada del festival, no por ello menos intensa, que arrancó pasada la una del mediodía con las actuaciones en sesión vermú de Tinta y Los Mejillones Tigre. A las 20.30 horas se retomaron las actuaciones con las bandas Los Fusiles, Los Chicos, Familia Caamagno y Lie Detectors, que puso el broche final a una edición que, aunque condicionada por la pandemia, no dejó indiferente a ninguno de los asistentes.
Otro de los valores del festival fenés es la posibilidad que brinda a muchos de sus fieles seguidores de poder quedarse a dormir en las proximidades de A Hortiña. Además, el espacio, que permite asentar tiendas de campaña, furgonetas o vehículos camperizados, cuenta con servicios de baños y duchas.