La Xunta de Goberno Local aprobó ayer el proyecto de reurbanización de la calle de la Iglesia, una actuación en la que se invertirán algo más de cinco millones de euros y que, según explicó ayer el portavoz del ejecutivo municipal, Julián Reina, “revolucionará a imaxe e o concepto do barrio da Magdalena”.
El Concello da por finalizada así la revisión de un documento que se puso sobre la mesa en el mandato 2007-2011, cuando el alcalde, Ángel Mato, dirigía el área de Urbanismo con Vicente Irisarri en la Alcaldía. Será, adelantó Reina, la primera obra que se licite una vez entre en vigor el presupuesto de este año, que está pendiente de resolver definitivamente las alegaciones presentadas en el pleno ordinario de este mes de agosto.
El proyecto aprobado ayer incluye como una de sus principales claves, explicó Reina, la “reordenación e redefinición dos espazos rodados e peonís da sección viaria”. Afectará a ocho manzanas de la vía, las que se localizan entre las calles San Diego y Carmen, en el límite con el Callao, plaza que, anunció el portavoz de gobierno local, será objeto de una actuación aparte.
La intervención propone una sección media tipo formada por una calzada de 3,5 metros (frente a los cinco actuales) y dos aceras laterales de un ancho de cuatro –en el borde residencial– y 2,60 –en la parte de los edificios dotacionales, como la concatedral o el mercado central–, respectivamente. Ese cambio supondrá la eliminación de las plazas de aparcamiento en superficie en prácticamente toda la longitud de la calle de la Iglesia, es decir, entre 125 y 130, según las estimaciones iniciales. Para paliar esta supresión, el gobierno local, basándose en el Plan de Mobilidade, buscará la fórmula de incentivar el aparcamiento subterráneo en los párkings existentes –los dos del entorno del Mercado y la plaza del carbón, el del Cantón y la plaza de España–, aunque por el momento no se ha concretado cómo.
El pavimento, además, será renovado en su totalidad. Para las aceras será de base granítica y, en el caso de la calzada, se optará por el modelo ya ensayado en las intervenciones del barrio de Canido y en calle del Sol, es decir, hormigón tratado con adición de cuarzo y aditivo negro, una solución que, aseguró el portavoz del gobierno, ha demostrado “un excelente rendemento a respecto das súas prestacións fronte o tráfico rodado”.
El entorno de la concatedral de San Xiao también se modificará, en este caso manteniendo el enlosado del atrio e incrementando “considerablemente”, precisó Reina, “o espacio de pavimento perimetrado do inmueble e a dotación de arboredo”.
Otra de las claves que contiene este proyecto es precisamente la dotación de arbolado, que afectará a toda la longitud de la vía en el borde residencial –en las aceras de cuatro metros– de las ocho manzanas afectadas, que contarán, cada una, con su propia familia, mientras que en el lado dotacional se mantendrán los ejemplares ya existentes y se plantarán otros de especies singulares. En total, se prevé la plantación de 130 ejemplares divididos en manzanas que cobrarán, apuntó Reina, “individualidade dentro da trama xeral do barrio”. “Queremos lograr”, añadió, “a diversidade dentro da unidade que supón a traza xeométrica propia da Magdalena”.
Las obras permitirán también “reorganizar e mellorar” las infraestructuras de servicios para poder así poner fin “aos problemas por avarías no abastecemento que a veciñanza leva sufrindo nos útimos anos”.
Por último, se colocará el mobiliario urbano –bancos y papeleras– que sea “estritamente necesario” y se cambiará la iluminación. Así, se instalará un sistema desde el suelo que complementará el alumbrado en altura, en el que se sustituirán los puntos de luz de las fachadas por una única luminaria –de tecnología LED– “de dobre brazo asimétrico” en la acera más ancha.