Solo han transcurrido cuatro jornadas de liga en Primera RFEF, pero, aunque es pronto para hacer valoraciones de largo alcance, la realidad de estos cuatro enfrentamientos es que el Racing no solo ha recibido gol en todos ellos –aspecto que el vestuario considera crucial corregir para conseguir más puntos en una competición tan igualada y competida–, sino que, además, siempre ha encajado primero.
La parte positiva es que el equipo de Cristóbal Parralo es capaz de rehacerse y empatar o, como sucedió ante el Valladolid Promesas, incluso ganar cuando el marcador es adverso en fases tempranas de los encuentros, incluso hasta el ecuador de las segundas partes. Solo cuando los tantos en contra se producen en la fase definitiva –ante Unionistas con el tiempo reglamentario ya cumplido y frente al Extremadura en la recta final del encuentro–, el cuadro verde se queda sin margen de maniobra para contrarrestarlos.
Precisamente uno de los jugadores llamados a crear peligro y hacer goles esta temporada, el brasileño Nathan Palafoz, aseguró ayer que, a pesar de que la plantilla está “dolida” por la última derrota en Almendralejo, el equipo va a seguir “con la cabeza erguida” y “tranquilo” porque el domingo hay frente al Zamora, equipo con el que el cuadro verde empata a puntos en la tabla, una oportunidad para enderezar el rumbo.
El ariete cree que es necesario prestar mucha atención a los detalles, pues son estos los que acaban desnivelando los encuentros. Sobre su fase de adaptación –llegó a Ferrol con la pretemporada comenzada–, Palafoz considera que “aún me falta un poco físicamente, estoy al 90%, pero espero estar en plenas condiciones para el domingo”.
El delantero considera que el nivel de la categoría es “muy alto”, sobre todo en el capítulo físico de los equipos, por lo que prevé una temporada “más dura”. Con todo, ve al grupo “mejor” que el año pasado y, a nivel individual, con ganas de aprovechar la oportunidad para seguir progresando y ayudar al club en sus objetivos.