La corporación energética canadiense Suncor y Navantia han acordado esta misma semana reactivar el proyecto de extensión de vida útil de la plataforma flotante “FPSO Terranova”. Este contrato, que será el mayor de la historia del área de Reparaciones de los astilleros de Ferrol, se fraguó en 2019 tras obtener el grupo naval español la mayor puntuación en un concurso de carácter internacional.
El proyecto, que se anunció discretamente en agosto de 2019, inicialmente estaba planeado para el período de verano y otoño de 2020, pero durante la preparación del mismo tuvo que ser suspendido a causa de la pandemia de coronavirus. No obstante, la mejoría de la situación ha llevado a ambas corporaciones a retomar un acuerdo que supondrá unas 700.000 horas de trabajo y cerca de 350 empleos. Según las estimaciones de Navantia, la gigantesca plataforma llegará a las costas de la ciudad naval entre los meses de diciembre y enero y las obras tendrán una duración estimada de siete meses, completándose a lo largo del tercer trimestre de 2022.
A pesar de que la pandemia paralizó el desarrollo de este contrato, lo cierto es que los meses de espera sirvieron para “actualizar y redefinir” el alcance del mismo. La propia Navantia destacó que se trataba de un proyecto “muy interesante”, dado el precedente que podría sentar, abriendo la puerta a contratos similares en el futuro.
Como ya había detallado en su momento a Diario de Ferrol la responsable de comunicación de la compañía, Jessica Depencier, el contrato contempla labores como reparaciones estructurales en el casco; la restauración del mecanismo de izado de anclajes; el reemplazo de la unidad de recuperación de calor residual; o el mantenimiento de las cubiertas, así como otras intervenciones menores no detalladas por la empresa. Del mismo modo, la importancia de este contrato no se limita a las potenciales oportunidades de futuro para Navantia. Y es que, una vez concluido, permitirá extender la vida útil del buque una década; un factor crucial teniendo en cuenta que, en el momento en el que se firmó el contrato, Suncor acababa de formalizar su fusión con su antigua rival Petro-Canada, lo que supone la ampliación de sus operaciones a todo el norte del continente.