Leo en la literaria revista ourensana «Nós, a Xente do Redor», de reciente creación pero de gran proyección y calidad, una interesante reseña biográfica del ilustre filósofo, psicólogo y pedagogo, Eloy Luis André, escrita por el economista y poeta César Luis Santamarina, con quien le unen vínculos familiares.
Justo es reseñar que esta deliciosa pieza literaria, escrita con ingenio y elegancia, va más allá de la memoria de la sangre, encarna, en la forma y en el fondo, la generosa fuerza de la razón honrando el conocimiento, prestándole alas en la trayectoria humana e intelectual al pensador, como otros muchos, injustamente olvidado.
Nos habla César de su humilde nacimiento en Mourazós (Verín) y se pregunta si esa humilde condición no fue un lastre en su carrera, y lo hace en las voces y silencios de Vicente Risco y Carlos Casares. Es Risco quien ejerce de maestro de ceremonias e ilustra a un joven Casares sobre los méritos alcanzados y los injustos deméritos sufridos por el profesor, que no fueron pocos, pero que no mermaron su talento y tesón, como así da fe el respeto de sus coetáneos, su cátedra y obra.
Hoy que la filosofía está siendo relegada de las sendas curriculares por asignaturas de dudosa valía intelectual, más atentas y preocupadas por alienar voluntades y manipular emociones que a la verdadera misión de educar, no podemos sino sentir una profunda emoción por esta noble arqueología, la de rescatar al filósofo.