Reciclar plástico no es una tarea sencilla sino que requiere de un proceso complejo y caro a nivel global, como explicó Adrián Coira, de Fair Enough, en un taller desarrollado en el Torrente Ballester. Este dio a conocer la filosofía de la iniciativa Precious Plastic, una propuesta que parte de la base de que el plástico es un material precioso y muy útil pero que es necesario aprender a reutilizar para evitar los problemas medioambientales que provoca su abandono después de ser usado.
Pese al coste del proceso al que hace alusión Coira, “si el propio consumidor asume las primeras tareas del ciclo de reciclaje –separación y limpieza– se abarata mucho”, además de que la utilización de las máquinas de Precious Plastic permite hacer este proceso en pequeños talleres de los que pueden salir nuevos objetos.
Por eso, señala que “la responsabilidad individual del consumidor es fundamental” y aseguró que dedicar unos minutos a separar y limpiar envases de productos durante un mes resulta, comparativamente, “un tiempo mínimo pero muy provechoso”.
Coira realizó una demostración práctica de sus máquinas de reciclaje de plástico con las que trabajarán los usuarios de Aspaneps en el marco del proyecto Ártabro Inclusivo.