Prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza. Así de contundente ha sido la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol, ante la cual declaró la pasada mañana el presunto parricida de Narón.
El joven, de 26 años, fue trasladado en un furgón policial a las dependencias judiciales de la ciudad naval en torno a las diez de la mañana desde la Comisaría, donde permanecía detenido desde el pasado domingo. Así, en un principio el acusado iba a comparecer ante el juez del Juzgado de Instrucción número 3, en función de guardia; no obstante, en el último momento se determinó el cambio de sala, dado que la número 2 era la que ejercía la mencionada función el domingo, cuando se produjo la agresión, y el lunes, cuando falleció el padre del encausado.
De este modo, como detalló una fuente cercana al caso, la comparecencia se retrasó más de lo esperado, dado que en la mencionada dependencia había programados varios asuntos –se desconoce si, por las características del suceso, se le dio prioridad a este, pero sí se sabe que, al menos al mediodía, el joven aun no se encontraba ante la jueza–. Asimismo, la decisión de la magistrada no se conoció hasta pasadas las seis de la tarde.
El incidente referido tuvo lugar entre las 15.00 y las 16.00 horas en el domicilio del fallecido, situado en la calle Cardenal Cisneros, en el barrio naronés de Santa Icía. Al parecer el joven no residía con su progenitor, de 67 años, –que vivía con su madre y abuela del aprehendido–, produciéndose una fuerte discusión entre ambos por motivos que hasta ahora se desconocen.
En un momento dado, el agresor la emprendió a golpes contra el hombre, atacándole de forma brutal y propinándole numerosas patadas en la cabeza. Tras recibir el aviso del incidente por parte de un particular, la Policía Nacional desplegó numerosas unidades en el área, encontrando al joven en el propio domicilio –en un principio se creía que había sido detenido poco después en la ciudad naval–.
Asimismo, testigos de la aprehensión señalaron que el joven estaba completamente fuera de sí, siendo necesaria la intervención de varios agentes para reducirlo mientras personal sanitario le administraba un calmante. En paralelo, el padre fue trasladado en una ambulancia medicalizada de Urxencias Sanitarias de Galicia-061 al hospital Arquitecto Marcide de Ferrol, donde fue ingresado con un pronóstico muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y donde porteriormente falleció.
Por otra parte, el detenido, una vez en Comisaría, ejerció su derecho a no declarar ante la Policía, no queriendo revelar el motivo de la discusión ni qué le llevó a golpear de esa forma a su progenitor. No obstante, se sabe que preguntó en varias ocasiones si había acabado con su vida, por lo que se elucubra que podría haber sufrido un brote psicótico.