¿Qué vamos a ver aquí si esto es solo un molino? La realidad del Cimix

El museo se constata como un elemento identitario en la comarca durante el siglo XVIII debido a su gran importancia a nivel internacional, hoy se busca poner en valor
¿Qué vamos a ver aquí si esto es solo un molino? La realidad del Cimix
Paula Freire y Sara Breijo, guías del centro de interpretación | JORGE MEIS

La historia y la cultura no entienden de edades, y eso lo saben de primera mano Paula Freire (Ferrol, 1997) y Sara Breijo (Narón, 1995), las dos guías que llevan a cabo desde la recepción a las visitas guiadas del Centro de Interpretación dos Muiños Industriais de Xuvia (Cimix).


Ellas, que llegaron al museo naronés por vocación, tienen muy claro que “estamos en el sitio ideal ahora mismo. El Cimix es un sitio que toca de cerca a mucha gente, tiene carácter local pero con una perspectiva realmente internacional”, aseguran, “ya que el producto que aquí se generaba iba a parar a todo el mundo”. Así, estas instalaciones generan sinergia entre cuestiones como la “divulgación cultural y el simbolismo identitario de toda la comarca” exponen.


Así, un elemento cotidiano para muchos que transitan la zona, como es el Molino de Xuvia, fue, en su momento, un precedente en la producción europea y ayudo a la constatación de la imagen de Ferrol en el periodo de la Ilustración.


Es una parte de la historia muy relevante, pero increíblemente desconocida. Muchos saben que este inmueble está aquí pero pocos saben de su historia y de su origen”, aseveran. 


La participación


Es un placer poder contar toda esta historia que forma parte de lo que somos, siempre generando una comunidad. Al final es lo que nos gusta de este museo y lo que lo diferencia”, exponen las guías.


Y por ello tienen recuerdos, en apenas tres meses de trabajo, que saben que se van a quedar con ellas. El de Freire se remonta a la visita de AFAL Ferroltera, donde un grupo de mujeres recordó sus días jugando entre sacos de harina en otros molinos de la comarca. “Compartieron mucho y fue un placer poder escucharlas”.


En el caso de Breijo, recuercuerda a un visitante que, durante los primeros días en los que el museo estaba repleto de gente,  “me cogió la mano en cuanto me vio”, y después, se deshizo en halagos y emociones.


Para esta pareja, esta es una recompensa inmaterial que, sin duda, funciona como aliciente en el día a día. Además, apuestan por lo local, “tantas veces infravalorado con respecto a la oferta cultural del extranjero”.
 

Y a pesar de que confiesan que se han enfrentado a más de un "¿qué vamos a ver aquí si esto es solo un molino?”, quien se anime a cruzar las puertas del Cimix verá que es mucho más que un edificio, porque es tradición, cultura y razón de ser de hoy. 

¿Qué vamos a ver aquí si esto es solo un molino? La realidad del Cimix

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