La mezcla de emociones era palpable en la que, tras su anuncio oficial, fue uno de los actos de despedida del capitán Álex López como futbolista en las filas del Racing de Ferrol. La sobriedad y la satisfacción por contar con gran parte del trabajo hecho en sus piernas se notaba en el rostro del jugador ferrolano, al que en su lista de quehaceres más inmediatos le resta sólo uno, el más importante: conseguir que el conjunto ferrolano mantenga la categoría.
“No tengo dudas de que vamos a salir de esta. Se ve en el día a día la exigencia, la intensidad con la que entrenan, como compiten. Creo que se va a dar la vuelta. Pido que la gente siga apoyando, que va a haber malos momentos, pero es importante que la gente esté ahí. Ellos están concienciados y no tengo dudas de que lo van a hacer”, señalaba López.
Una retirada anunciada en el momento en el que su equipo lograba un importante triunfo ante el Levante, y de la que, si bien ya no en el campo “me alegré mucho por ellos. Sé el esfuerzo que hay detrás, se notaba la alegría, que se quitaban como un peso de encima. Yo les he dicho mil veces que tienen capacidad para salir de esta situación, que confíen en ellos, que sean una familia”, fueron algunas de las palabras del capitán hacia sus ya excompañeros sobre el verde. Con una mención especial para un Erick Cabaco que “se le notaba la emoción y felicidad que tenía. Son pequeñas cosas que suman para ir haciendo equipo”.
Y de lo más inmediato, al principio. Álex López hizo un repaso breve de una carrera de la que se manifestó “estoy muy feliz. He podido cumplir todos los sueños e ilusiones que tenía cuando era más joven. He vivido de todo, recuerdos inolvidables. No cambiaría nada”.
Y en este repaso desde sus primeros toques en el fútbol sala, Álex López quiso reconocer que ésta no hubiese sido posible sin “mis padres, por sus esfuerzos y sacrificios para llevarme a entrenar; mi hermano, que nunca es fácil aceptar todo eso y lo hizo con mucho cariño y respeto; familia, amigos de verdad; a mi mujer, la que está ahí siempre y dejó de lado sus ilusiones para acompañarme en mis decisiones, y siempre al pie del cañón y mis hijos que son lo más importante, y me demostraron que el fútbol es lo más importante de lo menos importante”, subrayaba el jugador, consciente de que al ceder su ficha su carrera profesional llegaba a un punto y aparte.
“Ya lo comenté muchas veces, no existía otro futuro sin que fuese en el Racing y, por circunstancias, toca dar un paso a un lado”, señalaba López. El referente racinguista quiso asimismo echar la vista atrás para recordar sus primeros pasos —con tres años “mis padres ya me tuvieron que apuntar a un equipo porque no paraba de romper cosas en casa”— en Os Amigos, O Hórreo y O Parrulo, con el técnico Saavedra figurando como una de esas personas especiales para el ferrolano, cambiando posteriormente las pistas por los campos con Racing San Pedro o San Rosendo.
“Tengo un recuerdo especial de Guilermo Agulló, que es mi padre futbolístico y un amigo. Y Otero, que es otra persona especial y que también fue capitán aquí, en el Racing”, contaba el jugador, nombrando asimismo a sus compañeros, así como su etapa en O Val en Tercera.
Desde el Narón, Álex López vivió dos años y medio sin los que “todo lo que vino después no hubiese sido posible: Chis, Luis Miguel... entrenadores que me ayudaron a dar ese pasito hacia delante y compañeros que me enseñaron a valorar al fútbol a pesar de su vida laboral”. Y sin duda, el Celta es otro de esos conjuntos que tienen un lugar especial en el corazón del ferrolano.
Un aterrizaje en la entidad celeste “considero que fue la mejor decisión que tomé. No nací celtista, pero moriré siéndolo. Me acuerdo de Paco Herrera, que apostó por mí y me subió al primer equipo. Ascenso, permanencias, jugar en Primera contra los mejores... eso quedará para siempre”.
Un apartado especial en el que López también quiso mencionar a otras formaciones como el Valladolid, Sporting de Gijón, Brisbane Roar o Sheffield, que “me dio la oportunidad de vivir el fútbol inglés, que era otra de mis ilusiones de cuando era niño”, agradeciendo a entidades y afición “todo el cariño y respeto que siempre me tuvieron” y que el ferrolano se ganó fuera y dentro del campo.
Y tras la valoración de su larga y exitosa carrera, Álex López tenía claro que “el círculo tenía que terminar aquí. La primera vez que entré en este vestuario tenía quince años, con Luis César y el privilegio de debutar con 17 años en Segunda, con los hermanos Veiga. Para un niño de Ferrol, racinguista, tener el privilegio de poner la camiseta un segundo es algo inolvidable”, señalaba el local.
Diego Rivas —”una persona especial, mi amigo”—, Pumar, Joselu, Quique Fornos, Castro... fueron algunos de los nombres citados por el ferrolano, sin querer continuar por no querer olvidarse de nadie y teniendo asimismo palabras muy especiales para una afición de la que dijo “no merezco tanto. Gracias por todo el cariño que estoy recibiendo, es maravilloso que la gente te tenga ese recuerdo. Intentaré seguir sumando desde otro lado y seguir sintiéndome orgulloso de lo que significa ser racinguista, ferrolano, y no va a cambiar”.
Y si desde fuera su decisión pudiese parecer dolorosa, su marcha no significa para López “ningún sacrificio, porque para mí lo más importante es el Racing y que el proyecto funcione. Nos costó mucho llegar hasta aquí”, cuenta el capitán, cuyas primeras conversaciones dejando a disposición del club su ficha fueron en noviembre.
Con su debut en el Racing en Segunda, ascensos a Primera y su estreno en la máxima categoría como algunos de sus momentos más especiales, y a la espera de poder ver al club local, precisamente, en esta categoría, “todas las decisiones que tomé fue porque lo sentía”, repetía un Álex López cuyo “no sacrificio” es de esperar que termine con una merecida salvación. ¡Aúpa Racing!