El aplazamiento del Racing de Ferrol-Burgos quedará en los libros de la historia racinguista ya que es, como apunta el historiador Jorge Deza, el sexto encuentro oficial que el conjunto verde no puede disputar por culpa de la meteorología. A esos choques, hay que añadirle uno amistoso que guarda muchos recuerdos, debido a que se iba a celebrar el centenario del club y a recordar la final de la Copa del Generalísimo –actual Copa del Rey– que disputó el cuadro naval ante el Sevilla.
La primera vez que el equipo de A Malata sufrió un aplazamiento por cuestiones climáticas fue el 1 de enero de 1933. En aquella ocasión, el Racing, que militaba en Tercera División, visitaba al Eiriña –club que desapareció en 1941 tras fusionarse con el Alfonso XIII Foot-Ball Club, dando lugar al Pontevedra Club de Fútbol–.
El conjunto ferrolano viajó con total normalidad a Pontevedra para disputar el duelo, pero en el momento de jugar, el cuadro local, usando de pretexto un fuerte temporal de lluvia y viento que azotaba la ciudad, no se presentó en Pasarón aunque no había ninguna suspensión oficial. El colegiado del partido, Segismundo Blanco, tras comprobar el mal estado del césped, decretó el aplazamiento. Tras llegar a un acuerdo, el choque se disputó al día siguiente y se saldó con victoria pontevedresa (3-0).
La segunda vez aconteció el 26 de febrero de 1950. El Ferrol –tuvo que dejar la denominación de Racing desde 1941 hasta 1972 por imperativo gubernativo– tuvo que esperar para medirse a la Gimnástica Torrelavega debido a las fuertes lluvias caídas en la localidad cántabra. El encuentro correspondiente a la categoría de plata del fútbol español se disputó 24 horas después y el cuadro local se apuntó el triunfo (3-1). Foro fue el goleador racinguista.
Seis años después, las fuertes nevadas caídas en Mieres impidieron que el conjunto verde se midiese al Caudal en la jornada 21 de Segunda División. El choque se disputó tres días después y acabó con derrota racinguista (2-0).
Tras 20 años de tregua con el mal tiempo, el 5 de diciembre de 1976, una inundación en el campo de San Lorenzo obligó a que el encuentro que iban a disputar el Laredo y el Racing se suspendiese. Debido a que la climatología no acompañaba, el duelo se jugó diez días más tarde y acabó 1-1, siendo el primer resultado positivo en un aplazamiento.
La última vez, hasta ayer, que el Racing se vio envuelto en este escenario fue el 4 de febrero de 2017 cuando iba a jugar contra el Palencia. Este, además, fue el primero que ocurrió en A Malata. El motivo: desprendimientos de las cubiertas por un temporal de viento. Debido a la complejidad del asunto, el duelo no se pudo disputar hasta el 15 de marzo. Pero la espera mereció la pena, ya que llegó la única victoria ferrolana gracias a los goles de José Manuel Catalá, Joselu, Bicho y Laro Setién (4-1).
El último encuentro, aunque es el único que es amistoso, ocurrió el 14 de noviembre de 2019, cuando el cuadro naval iba a celebrar su centenario contra el Sevilla, su rival en la única final de Copa que jugó. Sin embargo, las fuertes lluvias y el viento tuvieron otros planes, ya arrancaron parte de la cubierta de A Malata y dejaron al equipo verde sin fiesta.