Frente a artes marciales de mayor tradición local, como el judo o el kárate, el taekwondo no es sino un deporte de corto recorrido en Ferrolterra. Pero 2024 bien pudo ser el año de su eclosión. Emergieron dos medallistas gallegos y ambos curtidos sobre los mismos tapices, los del Club Kang.
Y es que esta entidad asentada en Fene se ha consolidado como la cuna de este arte marcial coreana en la comarca. Tras cumplir un lustro de existencia, acaban de cerrar su mejor año hasta la fecha y, como indica su fundador Manuel Seijas, en 2025 la idea es “crecer un poquito más”.
El Club Kang abrió sus puertas en septiembre de 2019, en lo que resultó ser el preludio de una pandemia mundial. Como relata Seijas, el periodo de confinamiento y los meses posteriores supusieron una temprana prueba de fuego para ellos, superada gracias al compromiso de su equipo humano y sus primeros alumnos. “Tuvimos suerte. Es verdad que parecía una locura porque fue como volver a empezar”, indica.
Desde entonces, la historia del club ha sido una de progreso, pero “con mucho, mucho trabajo detrás”, señala su principal promotor. Ese desarrollo se ha materializado en la buena marcha de una sede gemela operativa en Betanzos, y en una cifra conjunta de más de 240 deportistas federados, la mayoría de ellos inscritos en el local de Ferrolterra.
El taekwondo es de hecho parte del “doble grado” que se imparte en la escuela, complementado con la enseñanza de las modalidades 'tatami sport' del kickboxing –light contact y kick light–. Dada la dureza que caracteriza a sendos deportes de contacto, puede llegar a sorprender que el sustento fundamental del Club Kang sea su cantera.
Como instructor, Seijas explica que en las clases para los más jóvenes no se produce contacto como tal, “ni hacen actividad deportiva de combate. Sí que buscamos que todos toquen un poco esa rama porque es parte de la formación. Pero no nos basamos en eso. Con los niños es muy importante la coordinación, la percepción espacio-temporal...”, asegura.
Ya sea en ruta o no hacia la obtención de un cinturón negro, la experiencia de cualquier alumno englobará la “calidad de vida que aporta la práctica de un deporte”, valora Seijas y como parte de la formación dual aprenden desde realizar una luxación y otras técnicas de defensa personal, a acciones tan llamativas, pero eminentemente prácticas, como la rotura de tablillas e, incluso, de ladrillos, que son ideales para observar y entender la focalización de los golpes, explica el experimentado taekwondista.
De querer aventurarse en la competición, la edad de iniciación ronda los ocho años en ambos deportes, y para quienes se animan a ello, desde la escuela ofrecen todas las facilidades. “Somos un club un poquito raro porque nadie paga inscripciones, sólo la cuota mensual”, comparte su fundador. “Hacemos varias actividades al año para recaudar dinero. La intención es que si la gente quiere ir a competir que no pague. Todo el mundo tiene la posibilidad. Dan igual tus medios económicos”, continúa.
Ese apoyo suele extenderse a la cobertura de transporte y alojamiento de sus pupilos cuando deben desplazarse a esas citas, así como de la equipación y materiales de instrucción. ‘Masa social’ es como describe Manuel Seijas a la gran familia de taekwondistas y luchadores que se ha forjado en el club, y sea dentro o fuera de él, “nos ayudamos unos a otros”, afirma.
Con la entrada del nuevo año, el Club Kang despidió un 2024 de grandes avances. “En kickboxing hemos pasado de no tener a nadie en la selección a tener diez de nuestros campeones gallegos”, cuenta el dirigente de la sede comarcal. Los mejores resultados con el combinado los obtuvieron alguna de sus jóvenes promesas, ya que del Campeonato Nacional de kickboxing júnior regresaron con dos medallas de bronce la cadete Ainara Ardá y la júnior Zeltia Molina.
Al palmarés del club se unieron los galardones gallegos en taekwondo, cortesía de Paula Seijas, campeona cadete en su peso y, hace poco más de un mes, de César Fernández, bronce en categoría absoluta. Estos triunfos “motivan a los que vienen por debajo a competir”, afirma su instructor, que cree que el panorama actual es inmejorable. “El taekwondo tiene mucho nivel en Galicia, de lo mejor de España. Si sacas medalla, casi seguro vas a estar arriba en un Nacional”, añadía.
Por otra parte, la iniciativa de otros alumnos propició el estreno de la entidad en la competición de técnica individual o pumses, una rama de este deporte que desde la entidad fenesa esperan que continúe floreciendo, ya que es idónea “para quien quiere salir a un tapiz delante de la gente a disfrutar”, señala Seijas.
Pero la consolidación de la entidad se dio también por otra vía: aumentó el saldo de cinturones negros entre sus miembros –casi una decena ya–. Además, más de uno dio un paso más para hacerse con el título de técnico, algo que incentivan desde el club. Buscando ir más allá del ocio o la salud a la hora de implicarse con el alumnado, el equipo de Club Kang siempre trata de transmitirles a sus pupilos que “el deporte, a través de una formación reglada, te puede abrir muchas puertas”.