Lo estaba buscando y finalmente lo encontró. El extremo derecho Josu Dorrío firmó ante el Sporting de Gijón el primero de sus goles con la elástica verde, incluyendo su nombre a la de una lista de goleadores ferrolanos que, gracias a este choque ante el grupo asturiano cuenta ya con los nombres de Jauregi, Álvaro Giménez, Puric, Buñuel, Nacho y Gelardo.
Dorrío abrió así la puerta a una faceta que, si bien no es su meta final merced a su demarcación, tanto él como sus compañeros y técnico habían solicitado en otras ocasiones, al señalar que el aspecto ofensivo, la creación de ocasiones y su acierto es un trabajo de todos. El vasco llegaba al Racing con un máximo registro en lo que a goles se refiere de tres, firmado en la pasada campaña en las filas del Amorebieta y, casualmente, consiguiendo una de estas dianas en el encuentro de la segunda vuelta disputado en Lezama ante el que es ahora su equipo.
El jugador se mostraba muy emocionado por haber conseguido esta diana y hacerlo, además, en un momento tan complicado en la nave verde. “La verdad es que es una emoción terrible”, señalaba Dorrío que quiso dar las gracias a todo su entorno –representante, mujer, familia, psicóloga...– “por haberme mantenido firme, por haberme dado esos valores de que, aunque vengan duras, seguir confiando en ti y cuando vengan curvas apretar, acelerar”. Y es que ya lo avisaba el propio jugador pocas horas antes de este importante duelo, queda por ver si supone ese esperado punto de inflexión, señalando que “era un partido de ganar como sea, de jugar en campo contrario y hemos hecho el partido que teníamos que hacer”.
El extremo alababa especialmente del partido en El Molinón el trabajo realizado por el equipo “sobre todo en la primera parte –en la que marcaron las tres dianas, su mayor cifra hasta la fecha en esta campaña– “y salió un partido muy bueno. Nos ha tocado defender más de lo que nos hubiese gustado, pero el resultado ha sido favorable y nos lo teníamos que llevar a casa como sea”, dijo.
Y así lo hicieron... Después de más de dos meses de travesía por el desierto, ya que hay que echar la vista atrás hasta principios de octubre para recordar la última celebración racinguista en A Malata, seguida en ese mes que parecía de resurrección, del triunfo en Cartagena. Y los verdes lo hicieron apostando por lo simple. “Lo ideal sería un juego más brillante”, comentaba el de Bilbao, “pero en la situación en la que estamos, en la que la confianza hace mucho, que cualquier golpe mental te hace muchísimo más daño... hay que simplificar, estar juntitos”. El Racing aprendió de sus errores ante el Oviedo y aprovechó los puntos débiles del Gijón –”les costaba correr para atrás y ahí nosotros somos buenos”– y, sobre todo, salió muy reforzado mentalmente, como así se vio, tras encontrarse con un apretado marcador de 1-2.
“En anteriores partidos cada mazazo nos cuesta mucho reponernos y hoy –por el domingo– ha sido, no sé si por cómo se estaba dando el partido, pero hemos conseguido estar tranquilos y confiar en lo que estábamos haciendo”. El Racing supo mantener el rumbo y “hacer el partido que teníamos que hacer en la segunda parte”, subrayando que ese tercer gol fue clave para que los puntos se viniesen para Ferrol.
Un encuentro que comenzó para los verdes, de la mejor manera posible, entrando en volandas en el campo asturiano, con un elevado número de aficionados racinguistas esperando su llegada al estadio gijonés y, durante el partido, dejándose notar mucho entre las más de 20.000 personas que llenaron las gradas.
“Nosotros teníamos que resetear y olvidar el último partido, aunque es difícil. Ellos también lo han hecho y es vital que nos apoyen”, comentaba Dorrío.
“Venir aquí y encontrarte con esto nos da un plus, nos da mucho e incluso en muchos tramos del partido los hemos sentido muy cerca. Una victoria en un campo así es muy bonito y nos lo merecíamos, nosotros, ellos y todo el mundo porque ya era hora”, despidiéndose el jugador con un muy ferrolano ¡Opa Racing!.