La afición suele jugar un papel fundamental en el mundo del fútbol. Todos los clubes lo saben. Destacan esa energía extra que le puede aportar a sus jugadores cuando están en un mal momento. Por ello buscan mantenerla contenta. Sin embargo, hay situaciones deportivas y extradeportivas que no ayudan. Una de ellas es el mal rendimiento del equipo y otra los horarios de los partidos. La mezcla de estas dos ha perjudicado mucho al Racing en su último encuentro en A Malata.
El pasado sábado, el feudo racinguista contó su asistencia más baja en un partido de la presente temporada. Apenas acudieron 5.252 personas a ver como su equipo volvió a perder y se hundió un poco más en la clasificación. La hora tampoco ayudó, ya que fue la tercera vez consecutiva que jugó a las 14.00 horas en su casa y la quinta de esta campaña.
Ese número de espectadores contrasta mucho con el de abonados que hay, cerca de 9.360. Es un mensaje de la afición tanto para el club como para los jugadores. Quieren dejar claro que ya están hartos de que el equipo no consiga ganar. De hecho, en el último encuentro, algún sector de A Malata cantó el clásico “jugadores mercenarios” y el “esa camiseta no la merecéis”. Con todo, la mayor parte de la afición apagó esos cánticos porque sigue confiando en que se le puede dar la vuelta a la situación en la que se encuentra envuelta el Racing.
Muchos de ellos no se perdieron ni un solo choque del conjunto verde en A Malata. Estuvieron en el partido inicial de Liga, que se disputó a las 17.00 horas, y al que acudieron 7.541 personas. Todos querían ver cómo el cuadro naval, que había asombrado apenas unos meses antes, comenzaba su segunda temporada seguida en el fútbol profesional.
A partir de ahí, los números fueron bajando al igual que el equipo en la clasificación. De hecho, el punto más bajo, hasta el pasado domingo, fue ante el Elche en el que sólo acudieron 5.489. Al igual que en esta ocasión, el duelo se disputó a las 14.00 horas. Con todo la victoria lograda ante el Elche, la única que pudo celebrar la hinchada en casa, reanimó a los fanáticos y volvió a asentarse en torno los 6.000 espectadores por encuentro.
Tanto el club como la plantilla esperan volver a esos números. De momento, la media está en 6.402 personas por partido. Todos deberán cuidarlas para dar al equipo esa energía extra y esa suerte que le está faltando.