El Racing de Santander es el primer campeón de la historia de Primera RFEF. En un estadio de A Malata desangelado, el cuadro cántabro se impuso con autoridad al Andorra (3-0)en el partido entre los dos primeros clasificados de los dos grupos de la categoría –que ya habían conseguido el ascenso–. La solvencia mostrada por la escuadra santanderina, tanto a nivel defensivo como ofensivo, lo llevó a hacerse con el título en un partido en el que su rival no le creó peligro.
Igual que hicieron en la liga regular, demostraron Racing de Santander y Andorra tener clara la manera de buscar la victoria. El cuadro cántabro, a través de una solidez defensiva a partir de la cual trataba de crear peligro con la capacidad de sus futbolistas de ataque en las transiciones ofensivas; el equipo andorrano, a base de combinar la pelota y buscar huecos en la defensa de su rival que, sin embargo, no le permitieron crear más ocasiones que un lanzamiento flojo desde la frontal de Marc Aguado.
La efectividad del Racing de Santander hizo que su primera ocasión de gol se convirtiese en el gol que abrió el marcador. Fue a través de una acción de Javi Vázquez por la izquierda, que en su solitaria aparición tuvo tiempo para servir un centro que el goleador Cedric controló y empalmó a la red. Era el tantom que abría el marcador y que, además, quita fuerza a la propuesta del Andorra.
Amplitud
En desventaja en el marcador subió el ritmo el cuadro del Principado en la segunda parte, en la que movió la pelota con más velocidad. Esto le permitió jugar casi siempre en el campo del rival. Pero lo que no le dejó es crear ocasiones como para estrenar su cuenta goleadora. Todo lo contrario que un rival que, aprovechando que su rival empezaba a tomar riesgos, aprovechó una recuperación en el centro del campo para que otra vez Cedric resolviese un mano a mano con el portero visitante tras la asistencia de Pablo Torre.
Los dos goles de desventaja en un partido que no tenía demasiada importancia –solo el honor de ser campeón y la posibilidad de quedar exento en la primera ronda de la Copa del Rey de la próxima temporada– no hizo que el Andorra bajase los brazos. Al contrario, fue aquí cuando dispuso de sus, quizás, ocasiones más claras del partido. Pero entre la falta de puntería –unas veces– y las intervenciones del portero Parera –en otras– su marcador se quedó a cero.
No así el del Racing de Santander, que sacó provecho de otro error rival para establecer el resultado definitiv.