La capitana del Baxi, Patri Cabrera, anunció ayer su retirada a los 31 años y tras siete temporadas en el club ferrolano. Con lágrimas en los ojos y en presencia del técnico, Lino López; del presidente, Santi Rey, y de varias de sus compañeras, la escolta canaria cierra su etapa como jugadora pero seguirá vinculada a la entidad, en concreto en las categorías de formación.
No hay probablemente ninguna jugadora que represente mejor que Cabrera la evolución del club en la última década. Llegó a la ciudad naval el verano de 2015, a petición de Lino López, para reforzar a un equipo que la campaña anterior había regresado a la elite del baloncesto femenino español. Tras contribuir a que el conjunto repitiese posición (undécima) en su primera temporada, fue una de las piedras angulares de las dos mejores campañas del Baxi en su historia: tercer puesto en la 2016/2017 y cuarto en la siguiente. Vivió desde dentro, ya como capitana, el descenso de la temporada siguiente y el retorno –frustrado en primera instancia por la pandemia– a la máxima categoría, certificado en abril del año pasado. La última temporada, en la que el Baxi no pudo lograr la permanencia, la participación de Cabrera se resintió –jugó 22 partidos, con un promedio algo superior a los siete minutos–.
“Nunca imaginé que este momento llegaría tan pronto”, comenzó su despedida la capitana, “pero si algo me ha enseñado la vida es que hay que saber escucharse a una misma y por eso estamos aquí”. Cabrera reconoció, muy emocionada, que “esta decisión ha sido, hasta ahora, la más difícil de mi vida y ronda en mi cabeza desde hace muchos meses. Después de 23 años jugando al baloncesto, ha llegado el momento de dejarlo”, dijo.
La jugadora fue generosa en el capítulo de agradecimientos, empezando por compañeras y rivales “que me han hecho crecer como jugadora y como persona: ha sido un viaje maravilloso”, señaló. Se acordó de todas las personas que la empujaron a jugar y que la acompañaron en esta trayectoria de 23 años unida a este deporte, en la que Ferrol ocupa un lugar central.
“Desde que empezamos en Esteiro hasta que llegamos a A Malata hemos pasado momentos increíbles y he tenido la suerte de ver crecer al club y a la afición”, apuntó antes de referirse a su técnico. “Gracias, Lino, por traerme a Ferrol, por haber contactado conmigo aquel verano de hace ocho años, por tu sinceridad, por hacerme crecer y por confiar en mí”. El entrenador, por su parte, aseguró estar “muy contento de haber participado en ese crecimiento” y le recordó que tiene en él “a un amigo”.
El presidente del club, Santi Rey, señaló que es “una satisfacción que haya querido quedarse a trabajar en el club” y, aunque no concretó su nuevo cometido –lo hará en las próximas semanas–, aseguró que está ligado “con la cantera y la captación”. “Es una persona muy querida y valorada en la ciudad”, añadió Rey, “y de igual modo que ha sido un referente en la cancha, sabemos que fuera también lo va a ser”.