La Real Balompédida Linense, próximo rival del Racing –sábado, 19.00 horas, A Malata– no gana desde finales de febrero, precisamente cuando logró los tres puntos en Matapiñonera, el campo en el que el equipo ferrolano logró su último triunfo.

Desde entonces ha jugado ocho encuentros y en ninguno de ellos pudo sumar los tres puntos, por lo que ocupa plaza de descenso, a la que cayó hace tres jornadas con su empate en casa ante el Talavera (2-2). Entonces, la directiva decidió dar un golpe de timón. Cesó a Rafa Escobar y eligió como sustituto al lucense Víctor Basadre, que en las dos jornadas que ha estado al frente del banquillo ha sacado un punto del Reino de León y ninguno (0-2) en la visita del Algeciras. 

La Balona, por lo tanto, llega al estadio de A Malata con la necesidad de sumar para evitar que los dos puntos a los que está de la salvación se conviertan en alguno más. Pese a la diferencia clasificatoria, el Racing no se fía porque sabe que una victoria lo clasificaría “virtualmente” para el playoff de ascenso en una semana especialmente importante: tras el choque ante La Balona, disputará dos encuentros como foráneo. 

El primero de ellos será el próximo miércoles, 3 de mayo, en el Nuevo Arcángel de Córdoba. Con este enfrentamiento, andaluces y ferrolanos se pondrán al día tras la suspensión de hace un mes por el desvanecimiento de Gudelj.  Para los cordobeses será prácticamente la última bala para intentar reengancharse a la zona alta.

Solo cuatro días después –domingo 7 a las 18.00 horas– jugará en el feudo del Unionistas de Salamanca, un equipo que está en una dinámica triunfal, con nada menos que siete victorias en los últimos ocho partidos.