Miguel Alvariño no viste estos días la indumentaria de España, no navega por el Sena o pisa el campo de tiro de París. Alvariño se enfunda en estas jornadas la elástica “irmandiña”, entra en liza en el complejo deportivo madrileño de Cantarranas y finaliza su actuación inscribiendo su nombre como subcampeón de España sénior de arco recurvo. Y todo ello “disfrutando, pasándomelo bien”, señala el que fue el primer, y único, español en alcanzar el primero puesto en el ranking mundial.
Su retirada del proceso clasificatorio para acudir a los Juegos Olímpicos de París a principios de marzo, tras más de una década formando con el combinado estatal en citas internacionales, supuso todo un mazazo para las opciones españolas, si bien no fue una sorpresa, tras conocer el sistema de selección del equipo nacional de recurvo 2023/2024 y que complicaba mucho la presencia del local.
“Yo sabía que no iba a ir a los Juegos y era el momento de parar”, comenta Alvariño que durante estos días ve por televisión una competición parisina en la que bien podría estar participando. “Cuando ves que sigues siendo competitivo, que sigues teniendo nivel...”, señala con cierta impotencia el pontés tras firmar la medalla de plata en el citado Campeonato de España, al que llegaba, como bien señala “entrenando muchísimo menos de lo que estaba haciendo”, fruto de esa necesaria pausa.
“No estaba disfrutando, ni ganaba nada por seguir”, recuerda Alvariño en plena competición olímpica de los que fueron sus compañeros de selección Pablo Acha y Elia Canales –”a los que les deseo lo mejor”– “y a partir de ahí bajé el entrenamiento, para no perder la forma ni el año y sacar lo que estoy sacando. Disfrutando un poco de lo que no pude disfrutar en los últimos once años”, subraya el del Club Sílex pontés.
Alvariño no cierra, en absoluto la puerta a volver a enfundarse la indumentaria de la selección española y, en caso de no poder hacerlo, esta puerta podría permanecer abierta para otros países. “A partir de septiembre u octubre veré qué hago de mi vida”, comenta el pontés ahora ya de vacaciones, “todavía estoy organizándome”.
Y es que para Alvariño –que se muestra “muy satisfecho con mi carrera”– su único remordimiento, como él mismo apunta, hasta la fecha es de “poder pelear por una medalla en unos Juegos”, cuenta, “y sé que si tengo la oportunidad de estar en otros tengo muchísimas posibilidades , pero como ya no sólo depende de mí eso, miraré la forma”.
Mientras estás circunstancias se dan o no, el de As Pontes sigue haciendo lo que más le gusta, en esta ocasión compartiendo equipo gallego con su compañero y cuñado Daniel Castro. El asimismo internacional –en su caso formando parte esta campaña del equipo B estatal tras estar presente en Tokio 2020– y Alvariño pusieron rumbo a Madrid tras las correspondientes celebraciones festivas pontesas y ahí rozaron el podio formando equipo con un Miguel Otero que debutaba en un Nacional. “Era un equipo nuevo”, señala Alvariño, “e hicimos lo que pudimos”.
Y lo que pusieron fue casi acceder a la final tras ceder 5-3 ante Madrid y no poder colgarse el bronce cediendo por igual marcador ante Extremadura. “Estuvimos bien”, comenta el de la villa, “pero tiraron mejor los compañeros”. A nivel individual, el subcampeón de la Copa del Mundo se mostró asimismo “satisfecho” con su actuación, cediendo en la final ante el asturiano Diego Conde (6-2).
Alvariño no ha soltado el arco como se puede ver y su marcha del conjunto nacional puede ser un hasta luego o un adiós, si bien y si este camino no se despeja, lo que parece claro es que el pontés hará que su visor apunte hacia otros objetivos.