Ana Amado, homenajeada en el 8-M de Ferrol: “El trabajo al lado de mujeres mayores me ha permitido ver cómo las hemos olvidado”

La premiada, afincada en Madrid desde hace unos años, asegura que sus vínculos con Ferrol y Galicia siguen intactos y no deja pasar más de dos meses sin regresar
Ana Amado, homenajeada en el 8-M de Ferrol: “El trabajo al lado de mujeres mayores me ha permitido ver cómo las hemos olvidado”
Ana Amado, galardonada en el 8-M | Jorge Meis

Ana Amado (Ferrol, 1975) recibió este viernes el aplauso de los suyos, de la corporación municipal ferrolana al completo, que decidió por unanimidad destacarla a ella como la homenajeada del 8-M de este año, un reconocimiento tan merecido como agradecido.

 

¿Qué sintió al saber que sería la premiada del 8-M de este año?
Fue una sorpresa mayúscula. No me lo esperaba. Sobre todo porque se trata de un reconocimiento a toda tu trayectoria, y en tu ciudad, y ser profeta en la propia patria es complicado y me hizo mucha ilusión, y me alegré mucho por mi familia, lo cierto es que todavía no lo he asimilado.

 

Polifacética donde las haya, ¿qué ocupa su tiempo hoy en día? 
Bueno, la arquitectura hace ya bastante que la dejé atrás, pasándome a la fotografía. La música también ha sido una constante en mi vida y hace ya tres años que dejé todo para dedicarme a montar una exposición grande, junto a Andrés Patiño, mi pareja, sobre los pueblos de colonización y la parte final del proyecto incluyó rodar un documental e investigar mucho para poder exponer material original. Esto nos ha llevado dos años intensos, hasta la inauguración el año pasado. 

 

Lo cierto es que desde que me vine a Madrid en 2011 para hacer el máster de fotografía ya me quedé para dedicarme profesionalmente a esto, y a la docencia en la escuela de Lens de Artes Visuales donde me formé y me quedé como profesora... También he realizado pequeños seminarios, he dado clases en varias universidades españolas e internacionales como la Tokai de Tokio, o el Instituto Cervantes en Chicago. La docencia es una constante en mi día a día y llevo a cabo trabajos fotográficos por encargo o autoencargo, como “Lideresas” o “Lavadoiros”, proyectos personales que combino con encargos de fotografía de arquitectura, institucionales, alguno de ellos muy apetecibles que dan rienda suelta a mi imaginación.

 

Mucho trabajo...
Bueno, es  muy irregular y exige siempre mucha disponibilidad, horarios extraños y muchos viajes, pero así están las cosas hoy en día.

 

¿Existe un nexo entre la fotografía que haces y la arquitectura?
En mi caso la arquitectura y la fotografía están íntimamente unidas, yo no puedo dejar de mirar como una arquitecta, es algo que está ahí, es una formación muy intensa y compleja, los años de carrera son duros y te enseñan muchas cosas, entre ellas a aprender a mirar el mundo de cierta manera y yo siento que en alguno de mis proyectos se percibe más que en otros pero gran parte de mis trabajos personales, esos autoencargos, tienen un trasfondo arquitectónico, utilizo la arquitectura como fondo escénico ya que arquitectura es todo lo que nos rodea, de modo que ejerce una influencia muy importante en nuestras vidas y en mis proyectos eso emerge.

 

 

Es usted una gallega más en Madrid, ¿qué nexo le une a Ferrol?
Tengo una relación muy cercana, intensa y constante, no suelen pasar más de dos meses sin venir por aquí. La verdad es que me fui hace no tanto, porque empecé muy tarde con la fotografía, ya que tras licenciarme pasé años trabajando de arquitecta aquí. No he roto el vínculo y regreso mucho, por los afectos pero también he seguido teniendo encargos profesionales, algunos colegas arquitectos me llaman para fotografiar obra nueva  por fortuna todos haciendo arquitectura excelente, y luego otros proyectos más personales también los he desarrollado aquí y aquí sigo. Tengo un pie aquí y otro en Mardid, el vínculo sigue presente.

 

¿Qué lugar de la zona no escapa nunca a su objetivo?
Esto es una pregunta trampa. Yo es que disfruto de todo, ya que visualmente es muy impactante, tanto la ciudad como el entorno, la entrada de la ría, las playas, los alrededores, la parte marítima, la naval, el puerto o el barrio de A Magdalena. La verdad es que me gusta pasearlo pero no tanto retratarlo. Normalmente me centro más en cuestiones laborales, como cuando hice aquel tema de los locales cerrados por la crisis. Es que no me llevo la cámara, voy a disfrutar. Eso sí, a veces me arrepiento porque no hago muchas fotos de mi familia y es una pena porque la fotografía registra la memoria como ninguna cosa y estas fotos con el móvil no son suficientes, y lamento no retratarlos más en esos momentos, como cuando vamos a Valdoviño, que es la playa de la familia.

 

¿Qué presencia tiene la perspectiva de género en su obra?
Siempre he estado muy alineada con esa cuestión, pero en el ámbito profesional el punto de partida fue “Lideresas”. Siempre fui consciente de la desigualdad que existe y levanté la voz contra eso, pero como objeto de mi trabajo, mostrándolo de forma tangible, comencé con el proyecto de “Las lideresas de Villaverde” un grupo de activistas feministas de Madrid. Lo cierto es que a medida que te metes en el tema, todavía escuece más y, teniendo en cuenta el poder imparable de la imagen, me sentí de algún modo en el deber de dedicar alguno de mis trabajos a esta cuestión y ese trabajo con mujeres mayores me ha hecho darme cuenta de cómo las hemos olvidado, salvo para pedirles favores. 

Ana Amado, homenajeada en el 8-M de Ferrol: “El trabajo al lado de mujeres mayores me ha permitido ver cómo las hemos olvidado”

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