Desde hace años, Ferrol está inmerso en un proceso de reurbanización y mejora de espacios públicos en un grado de mayor o menor abandono. Algunas de las zonas más castigadas de la ciudad, como la zona portuaria, muestran ya una imagen muy diferente de la que tenían una década atrás, pero se trata de un desarrollo lento y que tiene que tener en cuenta las necesidades de los vecinos afectados.

Una de estas áreas es el barrio de San Xoán que, como afirmaba hace poco más de una semana el presidente de su asociación vecinal, Andrés Medín, la segunda del municipio en volumen poblacional y, sin embargo, “la gran olvidada” de las administraciones. No obstante, parece que esta coyuntura va mejorando, avanzándose en proyectos muy demandados como el nuevo aparcamiento disuasorio, inaugurado el pasado verano, o el futuro campo de fútbol, que en los últimos días ha recibido un importante impulso administrativo.

Y es que, en su edición del pasado lunes, el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicaba la resolución positiva de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade sobre la Modificación puntual do Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) necesaria para realizar esta intervención. Dado el ámbito de actuación, el organismo autonómico realizó una evaluación ambiental estratégica simplificada, por la cual se presentó la propuesta del Concello a las direcciones generales de Urbanismo y Patrimonio Cultural y al Instituto de Estudos do Territorio, obteniendo una respuesta general positiva, aunque con ciertos matices.

El proyecto

Tal y como detalla el informe de Calidade Ambiental, el gobierno local propone modificar el Área de Ejecución Integral (AEI) 10, que en el PXOM consta como suelo urbano no consolidado –abarca una superficie de 14.470 metros cuadrados sobre un total de 19.822– de cara a realizar un proyecto que contempla tanto la nueva dotación deportiva como la reurbanización de sus alrededores. De este modo, la catalogación de la zona pasaría a consolidada, recuperando el campo de fútbol su consideración de equipamiento –que ya tenía en el PXOM de 1983–.

En cuanto al proyecto en sí, al margen del mencionado activo –que, como se anunció, incorporará en uno de sus laterales el nuevo centro social del barrio–, el informe detalla que se rehabilitarán las carreteras que bordean el espacio, ampliando las aceras –que tendrán árboles o franjas verdes ajardinadas– y mejorando notablemente la accesibilidad y la seguridad peatonal, además de incorporar un carril bici. Asimismo, también se construirán dos rotondas para aliviar el tráfico rodado: una de mayor tamaño en la intersección de la calle Souto con la avenida Mestre García Niebla, que permitirá la eliminación de un punto ciego y otra más pequeña al final del Camiño Carricoa.

Consideraciones

Respecto a las consideraciones señaladas por los organismos consultados, la Dirección Xeral de Urbanismo y el Instituto de Estudos do Territorio no señalaron problemas o errores a subsanar en la modificación –de hecho, la segunda apunta que es “respetuosa cos valores paisaxísticos existentes”, además de mejorar “significativamente” las escenas urbanas degradadas.

Patrimonio, por su parte, emitió un informe positivo pero, como se señaló, con matices. Y es que, aun no entrando dentro de la AEI-10, existen elementos singulares en el entorno del proyecto –por ejemplo, la iglesia de San Xoán de Filgueira–, por lo que propone medidas correctoras para el conjunto de intervenciones, como una reducción de la rotonda de mayor tamaño, para ayudar a conservar dichos activos patrimoniales.