La transformación de Canido en los últimos años es todo un ejemplo de como el sentimiento comunitario puede convertir un barrio olvidado a una de las áreas más demandadas de la ciudad. Sin embargo, a pesar de las múltiples propuestas en marcha, la zona no se ve libre de la problemática de los locales comerciales vacíos que golpea a Ferrol.
Así, si bien no se trata de un problema exclusivo de la urbe naval –en todas las grandes ciudades el pequeño negocio está de capa caída, viéndose desplazado en muchos casos por grandes compañías–, la situación ferrolana ha desembocado en un deterioro de la “vida de barrio” en prácticamente todos sus distritos. No obstante, en Canido, donde las iniciativas de dinamización gozan de una gran aceptación, se resisten a aceptar esta realidad, como demuestra la última y hasta cierto punto misteriosa idea para, como mínimo, dar visibilidad al problema de los establecimientos vacíos.
Y es que, en los últimos días, han aparecido pegados en los escaparates de estos locales una serie de carteles con propuestas sobre lo que podría establecerse en dichos bajos. Su autoría es incierta, en cuanto a que desde la Asociación Veciñal apuntan hacia la de Hostalería, Comercio e Profesionais do Barrio de Canido (Hoscompro), mientras que desde esta última señalan que la propuesta, al menos de forma oficial, no parte de ellos.
“A nós a campaña parécenos maravillosa”, apuntó Marcos Galdo, de la directiva de la entidad vecinal, explicando que desde la asociación “levamos moito tempo tentando poñer en valor eses sitios que están abandoados” y que, de hecho, el ente de representación de los residentes de Canido tiene en mente muchas iniciativas para las que necesitarían espacios como esos. “Vemos que hai moitos locales baleiros e non somos capaces de darlles uso”, lamenta Galdo, apuntando que en muchos casos sus propietarios ni tan siquiera viven en la ciudad.
Por su parte, la tesorera de Hoscompro, Fina Gutiérrez apuntó que a los miembros de la asociación “nos pareció genial, cuando los vimos colocados nos pareció muy buena idea”. “Que una persona se haya pasado tiempo cavilando sobre qué podía haber en cada sitio a mi me pareció muy bien”, explica, aunque elucubra que las propuestas no dejan de ser “de carácter orientativo”. En este sentido, la responsable del ente señaló que entre los profesionales que comentaron la idea las reacciones fueron muy positivas, aunque también admite que llevarlo a la realidad sería toda “una utopía”, pero que “por algo se empieza”.
El abandono de locales comerciales es una situación muy particular que responde a muchos factores y no solo a una única razón y Canido no es una excepción. Así, como explica Gutiérrez, en el caso del barrio alto se suman muchas personas con comercios de toda la vida que se jubilan, otras que encuentran un empleo mejor remunerado en otro sector, algunos traslados a otras zonas de la ciudad y también ocasiones en las que el volumen de negocio no es el suficiente para seguir adelante. “Es que abrir la puerta ya te cuesta”, lamenta Fina Gutiérrez, que solo de memoria ya contabiliza diez establecimientos que cerraron en los últimos años.
Por su parte, desde la Asociación Veciñal apuntan que llevan un tiempo elaborando una relación de pisos y establecimientos vacíos, pero que aún no se encuentra completo. “Nós desde hai un tempo, polo tema da xentrificación, intentamos facer este mapeo”, explica Marcos Galdo, con el objetivo de conocer la realidad del barrio y qué usos podrían tener para la comunidad.
Respecto al apoyo municipal, tanto la entidad vecinal como la profesional detallan que sí se percibe un interés por parte del gobierno local, sobre todo a la hora de impulsar iniciativas concretas, pero que en términos generales no se hace tanto como se debería.
Al margen de representantes, lo cierto es que la iniciativa ha despertado el interés de los vecinos del barrio, que coinciden en la necesidad de dar más visibilidad a esta problemática.
“La verdad es que no deja claro si es en positivo o en negativo y creo que podría ir por ambas partes, pero me parece que Canido está ya mucho más dinamizado que hace 15 o 20 años”, apunta Clara, residente de la zona, que al mismo tiempo señala que “si abriesen todos esos locales y la gente del barrio pudiese vivir de eso sería fantástico”. Ana, otra vecina de la zona, afirma que la idea le parece “perfecta, porque esto hace que no se vea todo tan desolado. Es importante que haya algo bonito para ver, que haya comercios y con esto más vida en el barrio”.
Por otro lado, Jorge, estudiante afincado en Canido, reflexiona sobre que en muchas ciudades de gran tamaño “las grandes industrias o las grandes marcas se apropian de estos locales”, algo que “le choca”, pues en Málaga, donde antes residía, estos establecimientos siempre están ocupados, aun cuando “los comercios locales desaparecen”. “Una iniciativa como ésta en la que se busca llamar la atención puede ser llamativo. No sé hasta qué punto eficaz, pero de utopías se vive”, sentencia.