Carmen Lorenzo: “Hay que ponerse en la situación del que viene a preguntar”

Carmen Lorenzo: “Hay que ponerse en la situación del que viene a preguntar”
La profesional tuvo que adaptarse a todas las reformas educativas | JORGE MEIS

La persona que está a cargo del Servicio de Estudiantes del Campus ferrolano cambiará a partir del 15 de junio, debido a la fecha de jubilación de Carmen Lorenzo, que ocupa actualmente el puesto. Esta profesional empezó su trayectoria en 1992 y en la mayor parte de este período se dedicó al trato con los estudiantes.


En realidad, los usuarios del Campus ya no verán a la jefa del negociado en su puesto, ya que esta se encuentra disfrutando de los días libres a los que tenía derecho por asuntos propios y en concepto de vacaciones. Gracias a su labor, una gran parte del sector universitario local conoce a Carmen Lorenzo, cuya última ocupación consistía en realizar todas las gestiones previas a la entrada en la institución.


“Es otra etapa, aunque me voy con morriña porque el trabajo es muy gratificante, siempre me gustó estar con el alumno”, declara Carmen Lorenzo, que es aficionada a las manualidades. Así pues, ya se prepara para sus lecciones de cerámica y está en busca de algún curso de restauración de muebles.

 

Recorrido

En el año 1992 empezó a trabajar en la administración de la que entonces era la Escuela Politécnica Superior, que ahora se integra en la EPEF, y posteriormente pasó a la dirección, donde mantuvo contacto con los docentes.


Desde 2001, Lorenzo se puso al frente del negociado del LERD, Lugar de Encuentro y Recogida de Documentación, que se unió al SAPE, Servicio de Asesoramiento y Promoción del Estudiante, y actualmente tiene la denominación de Servicio de Estudiantes.


La encargada todavía recuerda la máquina eléctrica Olivetti de color azul, que tuvo que aprender a usar en su primer puesto y el posterior proceso de adaptación a los ordenadores. Asimismo, en su último empleo utilizaban lectores ópticos para el papel, que cuando no funcionaban debían escribir a mano, así como los cálculos de las notas medias.


En estos últimos 23 años amplió sus relaciones profesionales, dado que la encargada llegó a impartir charlas por numerosos centros educativos a potenciales universitarios. Tal y como recuerda, las primeras jornadas de orientación se desarrollaron en San Valentín y la última sesión en la que participó se celebró en el IES Canido. Sobre este tipo de experiencias recuerda acudir a los institutos cargada con los dípticos que debía llevar.


Según Carmen Lorenzo, la labor en el Servicio de Estudiantes abarca desde el proceso de acceso hasta la preinscripción en las titulaciones, además de los traslados de expedientes y el asesoramiento sobre temas tan dispares como las residencias, reconocimientos de créditos o becas.

 

“Es un trabajo que te tiene que gustar”, admite la profesional, quien señala que “siempre hay que ponerse en la situación del que pregunta porque a veces los chavales vienen muy desorientados”. Algunos usuarios le recordaban a sus hijos y cuando acudía un indeciso ya era uno más en su lista. Lo más satisfactorio es el trato humano y que “aún me conozcan después de tantos años”, expresa Lorenzo. 

Carmen Lorenzo: “Hay que ponerse en la situación del que viene a preguntar”

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