Perder a un ser querido es, sin duda, una de las experiencias más difíciles que cualquiera puede enfrentar. En esos momentos de duelo, muchas familias deben encargarse de trámites administrativos para los que, contar con un seguro de decesos, puede suponer un respaldo fundamental.
Este tipo de servicios, tal y como explica Mónica Muíños, de Alianza Española de Seguros, ofrecen una amplia cobertura de los gastos y gestiones en un momento de carga emocional elevada. “Las pólizas de decesos están adaptadas a los tiempos actuales y disponen de unas garantías que igual no son muy conocidas por la población en general. Cubren los gastos y los trámites necesarios para hacer el sepelio y ofrecen coberturas de gran interés para el asegurado y sus familiares. Además de la prestación del servicio fúnebre, otros aspectos como el certificado de defunción, las últimas voluntades o la pensión de viudedad te la gestiona la agencia en donde la hayas contratado”, explica Muíños, que apunta, asimismo, a otra de las ventajas que ofrece este servicio.
Hoy en día, con la movilidad que todos tenemos, te puedes encontrar con un traslado internacional o nacional en caso de fallecimiento. La póliza puede cubrir ese viaje
“Hoy en día, con la movilidad geográfica que todos tenemos, te puedes encontrar con un traslado nacional o internacional en caso de fallecimiento. Contar con una póliza de seguros te cubre ese viaje y los trámites que tendrías que realizar”, añade, indicando que “estamos acostumbrados a que las muertes se produzcan en la residencia habitual o en una zona cercana, pero, ¿y si fallece tu hijo en Madrid porque estaba trabajando allí o cae enfermo? La póliza tiene una serie de coberturas que ayudan a paliar todos esos inconvenientes”, comenta.
En muchas familias, las pólizas del seguro de decesos se heredan de generación en generación, pasando de abuelos a padres y de estos a los hijos. Esta continuidad, apunta Muíños, no solo permite que los descendientes mantengan las mismas coberturas sin interrupciones, sino que también garantiza que cada generación pueda estar tranquila con esa “protección”. “Aquí en Galicia, y también en España, normalmente es un seguro de tipo familiar. Los abuelos, o nuestros padres, ya hacían esa póliza que incluía a sus hijos y a sus nietos. Después se van cambiando las titularidades y la gente lo mantiene. Es algo que está muy fidelizado”, asegura.