Los casos de ansiedad y depresión entre los jóvenes –de entre 15 y 29 años– han aumentado notablemente este año, de acuerdo con el barómetro juvenil de vida y salud, lo que ha llevado al Gobierno de España a crear un protocolo de prevención de suicidios.
La directora del Centro de Psicoterapia Natalia Seijo, ubicado en la calle Sánchez Barcáiztegui, da alguna de las claves para comprender mejor esta problemática.
¿Qué opinión le merece el anuncio del actual Gobierno?
Si lo hacen bien, informándose adecuadamente, me parece fantástico. En este país hay especialistas con reconocimientos internacionales que pueden ayudar mucho a estos proyectos. Además, el protocolo es muy necesario porque la tasa de suicidios entre la juventud se ha duplicado en los últimos años.
¿Cuáles son las causas del incremento de los casos de ansiedad y depresión entre la juventud?
Son trastornos que están relacionados con el apego, el vínculo que generamos de pequeños con nuestra familia y, a medida que crecemos, generalizamos a nuestras relaciones sociales. Cuando hay experiencias adversas de vida, es decir, problemas de vinculación, esto acaba afectando a la calidad de nuestras relaciones y generando problemas de autoestima, ansiedad, incapacidad para poner límites. Todo ello llevado al extremo es lo que termina derivando en estos trastornos.
Por otra parte, también pueden desencadenarse por eventos traumáticos, como duelos mal elaborados por la muerte de un familiar cercano. El tiempo es un bálsamo pero no siempre lo cura todo. Es como una cicatriz que no está bien curada.
¿Un entorno familiar, social o de pareja tóxicos afectan a estos trastornos?
Podrían empeorarlos o hacer que aparezcan. Cuando existe una relación tóxica es que el tipo de apego le lleva a esa persona a la dependencia emocional y a una cadena de problemas.
¿Sigue siendo un estigma para la juventud admitir que sufren depresión o ansiedad?
Hay muchos casos en que existe lo que denominamos “negación”, que es una defensa a aceptar que te ocurre algo. Es en ese momento cuando muchos jóvenes entran, por ejemplo, en el consumo de cannabis. Porque para ellos es una manera fácil de “afrontar” cosas que no quieren ver. No obstante, de esta manera solo están buscando una solución que les genera un segundo problema mayor y el primero solo lo han “anestesiado”, sigue estando ahí porque no lo han solucionado.
¿Cree que los jóvenes cuentan con la información necesaria para poder detectar a tiempo que sufren alguno de estos trastornos?
A pesar de que hemos avanzado mucho todavía el psicólogo tiene su estigma no positivo. Creo que sería muy positivo que se normalizasen las revisiones psicológicas desde edades muy tempranas. Sobre todo porque cuando una persona joven no tiene un apoyo familiar no puede estar estable. Si la propia familia no tiene la información suficiente para poder atender sus necesidades se crea el efecto bola de nieve.
¿Cómo podría diferenciar alguien un bajón de ánimo o nervios de alguno de estos trastornos?
Por su continuidad en el tiempo. Entre la “depre” y la depresión hay una gran diferencia. La primera son estados de ánimo bajo pasajeros, mientras que con un estado depresivo, que cada vez va a más, se empiezan a notar síntomas incluso físicos.
¿La falta de personal público en la rama de la salud mental puede afectar a que no sean tratados de manera correcta?
Al haber menos recursos, los profesionales se ven abrumados por el volumen de pacientes que hace que el tiempo de las sesiones sea irrisorio en comparación con el de la privada. Esto lleva a que la calidad de atención no sea suficiente.
Gran parte de los casos se registran en Galicia, ¿cuál es la causa?
El clima influye mucho. En Galicia la luz es siempre muy baja y esto hace que los niveles de cortisol, que es una hormona que influye mucho en estos trastornos, no estén estabilizados.
¿Es muy importante la detección precoz de estos casos?
Si porque cuanto antes puedas tratar una depresión o un proceso ansioso, menos repercusiones va a tener en la persona. El mejor tratamiento es una combinación de la terapia farmacológica con la psicológica. Si el paciente solo emplea medicación, en cuanto la retira es cuestión de tiempo que vuelva a estar deprimido o ansioso.
Como especialista, ¿qué consejo le daría a un joven que esté pasando por un proceso depresivo o ansioso?
Que lo cuente y que confíe en que hay personas que le van a entender y ayudar, aunque puede que aún no las haya encontrado. l