El próximo mes se cumplirían cinco años de su corresponsalía para Televisión Española en Moscú y aunque ella ya había tomado la decisión de que este año sería el último, por la exigencia y dureza de la misma y “porque necesitaba un cambio de aires”, la salida de Érika Reija (Lugo, 1981) de la capital rusa se precipitaba el pasado mes de marzo.
La ley aprobada por el gobierno de Putin, que prevé sanciones de hasta quince años de cárcel por la difusión de noticias que “no reproduzcan exactamente la versión oficial de los hechos, en las que suele haber muchísimas mentiras”, explica Reija, motivó la decisión de la compañía pública de abandonar el país como medida de protección para sus periodistas ante la posible criminalización de su trabajo.
“La verdad es que fue un shock, muy traumático, y también un poco inesperado. Es verdad que todo se iba agravando muy rápidamente. De hecho, los últimos días me estaba dedicando a hacer reportajes de españoles y rusos que también de repente decidían que la situación era muy peligrosa y que se tenían que ir pero no imaginaba que a los pocos días yo también tendría que recorrer ese camino”, relata.
La misma tarde en la que RTVE tomaba la decisión de abandonar la corresponsalía, la BBC anunciaba también la suspensión de sus emisiones en el país, “algo sin precedentes”, dice. A partir de ahí, todos los medios internacionales optaron por la misma salida ante la “inseguridad e incertidumbre” a los que sus profesionales estaban sometidos en el país que el pasado 24 de febrero inició la invasión en Ucrania. También entre los periodistas rusos independientes se ha ido produciendo una continua cascada de exilios, explica la periodista lucense, “por lo que prácticamente no quedan voces independientes ahora mismo en Rusia”, lamenta. A estos profesionales, el gobierno ruso los ha tildado de “de extremistas, terroristas...” explica la periodista. “Mucha gente se ha visto obligada a abandonar su país, lo cual es mucho más dramático que en mi caso, que al final tengo mi familia fuera, pero el drama, realmente, es el de las personas que dejan a su familia allí y muchos de los cuales probablemente no puedan volver mientras Putin esté en el poder”, apunta.
Cuenta también que la situación en Rusia se ha ido complicando más sobre todo en el último año. “Yo creo que un punto de inflexión muy importante fueron las protestas contra el fraude electoral en Bielorrusia”. Se endureció la represión. “Todos los opositores y periodistas independientes han sufrido en el último año una represión brutal y la gota que colmó el vaso fue la invasión; a partir de ahí ya no hay prácticamente posibilidad, a día de hoy, de que los medios independientes puedan ejercer; las redes sociales están bloquedas... En fin, hay una censura total y absoluta en este momento en toda Rusia”, manifiesta la profesional de Televisión Española.
Érika Reija, que a lo largo de su trayectoria periodística fue enviada especial a conflictos como el de Egipto, Libia o entre Israel y Palestina, además de corresponsal también en Marruecos, recibirá esta mañana en Ferrol el XVIII Premio José Couso de Liberdade de Prensa otorgado por el Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia y el Club de Prensa de Ferrol.
Reconocen así la labor de los medios públicos y la especial relevancia que los medios de comunicación cobran en una situación de guerra como la de Ucrania. “En estos momentos es cuando los medios públicos tienen más sentido y razón de ser que nunca”, dice la periodista luguesa, para quien recibir este galardón supone un “grandísimo honor”.
El programa de la entrega del premio comenzará a las 11.00 horas con una recepción por parte de la corporación local en el Torrente Ballester, donde a las 12.00 intervendrá Reija, que recibirá el premio a las 13.00 horas. A las 13.45 horas habrá una ofrenda floral en la estatua “Ás Ceibes”.