Las empresas del sector industrial interesadas en desarrollar proyectos de sostenibilidad energética tienen dos meses de plazo para presentar sus iniciativas en el Instituto Enerxético de Galicia. El Diario Oficial de Galicia (DOG) del lunes recoge las bases y la convocatoria de unas subvenciones para las que tiene prioridad el entorno de las centrales térmicas afectadas por la transición energética, es decir, Cerceda y As Pontes. En total, se liberan siete millones que financia el Fondo de Transición Justa que podrían moviliza más del doble. Se trata de ayudas para impulsar proyectos singulares de mejora de la sostenibilidad energética en empresas del sector industrial. Este dinero, explica la Xunta, contribuirá a la creación o mantenimiento de más de 150 puestos de trabajo y tendrán preferencia los concellos de As Pontes, A Capela, San Sadurniño, As Somozas, Mañón, Monfero, Moeche, Cerdido, Cabanas, Ortigueira y Ferrol, en el caso de la térmica pontesa, y de Cerceda, Ordes, Carral, Tordoia, A Laracha y Meirama.
Estas subvenciones, además, harán posible un ahorro energético anual por encima de los 3.100 MWh, así como una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) de 3.300 toneladas de CO2 al ano, el equivalente, ilustra la Xunta, a la acción de 165.000 árboles.
Los apoyos económicos pueden alcanzar los tres millones por proyecto y son de hasta el 45% de la inversión subvencionable en el caso de las iniciativas de grandes empresas, mientras que en las de las pymes serán del 45% o del 55%, en función del porcentaje de reducción de emisiones que se justifique.
Las ayudas pretenden incentivar la transformación ecológica de la actividad industrial “de cara a unha economía baixa en carbono e a súa competitividade nun mercado global, diminuíndo o consumo de enerxía e promovendo a introdución da mellor tecnoloxía dispoñible”.
Las subvenciones se enmarcan en la Estratexia Galega de Cambio Climático e Enerxía 2050 y en la Axenda Enerxética de Galicia 2030 y tienen por objetivo prioritario la reactivación y dinamización de la economía de la provincia de A Coruña tras el cierre definitivo de sus dos centrales térmicas.