La maniobra de la fragata “Blas de Lezo” –F-103– para abandonar el Arsenal ferrolano comenzó ayer en torno a las 8.30 horas y media hora más tarde el barco dejaba su base naval para alejarse entre los castillos de la ría, rumbo a su misión internacional, con una duración estimada, en principio, de dos meses, que, en función de las circunstancias, podría prolongarse.

El buque inició así ayer un recorrido que llevará a la fragata al Mar Negro, coincidiendo con la escalada de tensión entre Rusia y Ucrania. Está prevista su llegada a esa zona la próxima semana –se espera entre el martes y el miércoles– y antes hará todavía una escala en la base de Rota. Será precisamente en ese momento cuando embarcará también en la “Blas de Lezo” un helicóptero SH-60B para tomar ya, todos juntos, rumbo hacia el Mar Mediterráneo.

La unidad prevé integrarse en la SNMG-2, una de las agrupaciones navales de la OTAN, en unas maniobras habituales que ya estaban previstas para este año y que las autoridades españolas han decidido adelantar debido a la situación de conflicto. La función de esta agrupación es dotar a la OTAN de una capacidad de reacción operativa inmediata en escenarios navales. La Armada mantiene su presencia en estas agrupaciones desde hace más de 30 años aunque esta partida se ha adelantado unas tres semanas con respecto a lo inicialmente previsto. Así, el buque se adentrará en el Mar Negro, una zona actualmente calificada como “caliente” debido a las amenazadas de una posible invasión de Ucrania por parte de Rusia.

La salida del barco se llevó a cabo tras completarse el protocolo sanitario previo frente al covid. De hecho, inicialmente se barajaba la posibilidad de su partida para las diez de la noche del viernes, pero se retrasó por estas pruebas. Se hace a la mar con una dotación que alcanza los 190 militares e incorpora para este despliegue un equipo especial del Tercio Norte de Infantería de Marina, con base en Ferrol, además del helicóptero de Rota.