Los trabajos previos al inicio de la construcción de uno de los inmuebles del plan Rexurbe en el barrio de Ferrol Vello ha dejado a la luz vestigios de la muralla medieval de la ciudad. Sería la primera vez que se constata la existencia de este cercado, del que se contaba con información en escritos históricos, pero nunca se había hallado ningún resto físico.
La parcela de la calle Castro, números 22-24, que estaría destinada a la construcción de un inmueble de cuatro viviendas de promoción pública y cuatro trasteros, es en la que se ha destapado el hallazgo con la realización de los sondeos previos a la obra.
Aunque los trabajos son responsabilidad de la Xunta de Galicia –la parcela es propiedad del IGVS–, el gobierno local de Ferrol se hizo eco ayer del hallazgo, apuntando la necesidad de preservar estos restos y por eso se dirigirá a la Xunta trasladándole la necesidad de realizar una intervención arqueológica “en profundidade” en la parcela.
Así lo indicó ayer la concejala de Patrimonio Histórico, Eva Martínez Montero, que valoró este descubrimiento por tratarse de la primera “prueba” de la existencia de la muralla, además de considerar imprescindible la ampliación de la pequeña excavación realizada hasta el momento “co fin de sacar á luz o máximo posible do muro”.
Como explicó la edil, los vestigios fueron encontrados en las catas realizadas en el solar y se trataría de un descubrimiento “importantísimo, porque as primeiras análises apuntan a que se trata da muralla medieval da cidade, e sería a primeira vez que se atopan restos desa construción”, explicó la edil.
Entre las varias prospecciones arqueológicas que se realizaron en la parcela, Martínez explicó que hay dos de ellas que se encuentran en la parte posterior, en una zona que albergaría el patio trasero del edificio que está previsto construir y, precisamente, los restos se encontrarían en la parte posterior.
Las catas, de alrededor de dos por dos metros de área, es donde se sitúa el muro, con un ancho de unos 80 centímetros, entre otros elementos constructivos de menor antigüedad y la propuesta que se plantea desde el área de Patrimonio Histórico pasa por “escavar todo o ancho do soar cando menos na zona na que non se vai levantar o edificio de vivendas”. Se trataría de una superficie de unos 40 metros cuadrados y el objetivo sería conservar los restos y ponerlos en valor con la intención de que en el futuro pudiesen ser visitables.
Desde la Xunta se considera que el Concello ha actuado precipitadamente en este caso, teniendo en cuenta que los trabajos realizados esta semana en la parcela de Castro 22-24 complementan al sondeo arqueológico previo e inicial que se había hecho en el patio posterior de la edificación.
En estos momentos, explican desde la Consellería de de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, el arqueólogo responsable de las catas está redactando el informe, que se prevé remitir próximamente al Concello, por lo que, indican, “ haberá que esperar antes de decidir sobre a mellor maneira de proceder”.
En todo caso, desde la Xunta de Galicia apuntan que los restos encontrados hasta el momento están íntegramente localizados en el patio posterior del inmueble, por lo que, en principio, no tendría por qué afectar a la rehabilitación del edificio previsto. En todo caso, abogan por “esperar y ser cautos”.
Por esta razón, desde la Consellería no se ha dudado en “lamentar” la manera de actuar del Concello en este caso, criticando que se haya hecho pública “unha incidencia relacionada cunha parcela propiedade da Xunta (a través del Rexurbe), cando non está terminado o informe do arqueólogo a cargo do sondeo”.
Desde la Xunta consideran que la actitud del ejecutivo, “dista da cautela e prudencia que cabe esperar por parte dunha Administración pública”.
Las medidas que se tomen dependerán del resultado del informe oficial, que aún no está concluido.