La Guerra Civil, los años de la victoria, la época franquista, etc. salen a la luz a medida que los alumnos del taller de empleo “Restaurar la Historia” se sumergen en la documentación con que cuenta el archivo del Tercio Norte.
No son textos históricos, sino, entre otros documentos, expedientes de personas reales, cercanas, con nombres y apellidos que han pasado por estas instalaciones militares y cuya experiencia y trayectoria permite sacar a la luz una determinada época y conocerla más profundamente.
Esta es la experiencia que han vivido la veintena de alumnos que participaron en el taller de empleo que, un año más, se desarrolla en el Tercio Norte de Infantería de Marina bajo la dirección y supervisión del Archivo Naval de Ferrol y que acaba de concluir, tras haberse iniciado el pasado mes de diciembre.
Evidentemente no se trata solo de conocer esas historias, sino que ese es el componente anecdótico pero también interesante que extraen algunos de los participantes en este taller. El más importante es la formación teórica-práctica que reciben como auxiliar de archivo, con un contrato remunerado que nace en el marco de los programas para la mejora de la ocupación de los demandantes de empleo, resultado de la colaboración del SEPE y el Instituto de Historia y Cultural Naval.
Formación teórica sobre archivística, administración y derecho, conservación preventiva o digitalización se combinan con las prácticas en el tratamiento de los archivos de esos expedientes personales que conserva el Tercio Norte y que, una vez preservados, catalogados y digitalizados, pasan al Archivo intermedio naval de Ferrol.
Toda una información que se acumuló en hasta 200 cajas de material –28,57 metros lineales– y que recogen parte de la historia militar, pero también de la ciudad y sus gentes.
El taller cuenta con un equipo de docentes y ha estado dirigido por Fátima Montero Prados, que valora el contenido de este taller no solo por la formación y el aprendizaje que supone para los alumnos, que adquieren conocimientos para trabajar como auxiliar de archivo –tal y como ya han hecho algunos de los que han pasado por estos talleres en anteriores ediciones–, sino por lo que supone desde el punto de vista laboral.
“Formación y trabajo remunerado”, indica la directora del taller como uno de los alicientes para los alumnos. Unos alumnos que proceden de las listas de desempleo y que, si bien cuentan con estudios muy diversos, adquieren un interés que, explica Fátima Montero, incluso en algunos casos los ha llevado a dar un giro a su actividad profesional.
Una de las cuestiones más atractivas es la fase práctica sobre un archivo real, los expedientes de la tropa que se han venido analizando en los distintos talleres desde los más antiguos que se conservan –algunos de 1853–, aproximadamente, ya que aunque el cuartel se fundó en 1771, de los primeros no se tiene constancia, al menos en Ferrol.
Con esta documentación se conocen curiosidades como aquel servicio militar de 18 años de duración, de doce, posteriormente, y así hasta el último, de seis meses; hasta las hojas de filiación, las cartas de los soldados, los empleos de quienes pasaron por el Tercio y muchas anécdotas. Además, adentrarse en unas instalaciones militares ya es todo un descubrimiento para muchos de los que participan en el curso.
El alumnado vive cada parte del proceso de archivística, desde limpiar los documentos, quitar las grapas, deshacer los legajos hasta informatizar y digitalizar los contenidos. “Toda la gestión documental pasa por sus manos” explica la directora del taller.
Del interés que suscita este taller da cuenta una de sus alumnas, Sabela Amado Rojo, graduada en Gestión Digital y que no tiene más que buenas palabras para este taller, que define como “un pequeño máster de archivo con el que mi currículo ha ganado y mi grado, aumentado su valor”.
Más allá de la formación teórica que le permitió recordar todo lo aprendido en la carrera, valora la parte práctica “en la que aprendes a limpiar expedientes con restos de polvo, tierra, polilla y hasta excrementos de ratón; a organizar por orden cronológico la documentación, a describirla a mano y pasar a ordenador los contenidos para después poder hacer búsquedas y, ya en el último mes, a digitalizar”.
Sabela Amado descubrió un mundo “desconocido pero que era muy cercano” e incluso, apunta, “hubo momentos en los que se me removió mi historia personal”, al abordar documentos de la postguerra.
Ver cómo iban evolucionando las historias, como entraban personas muy jóvenes en el Tercio “como educandos de Banda” para dedicarse a la música, la importancia que esta tiene para el Ejército y las partituras que fue digitalizando hicieron de este taller una experiencia inolvidable para esta alumna, que espera poder trabajar en digitalización de archivos.
Tocar y trabajar con papel antiguo, sellos, manuscritos y documentos a máquina ha permitido a estos alumnos vivir un pasado y transformarlo en futuro, con las nuevas técnicas archivísticas.
“Restaurar la Historia” es el título de la cuarta edición de los talleres de empleo que nacen de la colaboración del SEPE y la Armada. Con documentación de la Guerra de Cuba se comenzó a trabajar en la primera edición y después se ha continuado, como explica la directora del taller, Fátima Montero, desde los años 60 o 70 del siglo XIX hasta el contenido que se ha abordado ahora, de mediados del siglo XX. La formación, de seis meses, abarca módulos teóricos y una parte práctica de tratamiento de la documentación, archivo de los mismos y digitalización. El acto de clausura tuvo lugar el pasado martes y estuvo presidido por el director del Archivo Naval de Ferrol, teniente coronel de Intendencia Pedro Martínez junto al Comandante del Tercio Norte, coronel de Infantería de Marina Francisco Guerrero, el director provincial de SEPE, Carlos del Canto y el instructor de formación P. Antonio Gulías.