Isabel Díaz-Robles es impulsora de Ferrol Guías y una gran conocedora de la ciudad desde el punto de vista turístico. Este mismo martes, una mañana de febrero, repartía su tiempo entre una visita escolar, otra de recepción al alumnado Erasmus ofrecida por el Concello y una familiar.
Qué visitas hace en invierno?
Sobre todo tenemos estudiantes, mucho colegio. Me encanta que los colegios de Ferrol y la comarca apuesten por enseñarles a los niños de aquí lo que tienen. También hacemos institutos y a los Erasmus que llegan a la Universidad.
Este miércoles es Día Internacional del Guía de Turismo. ¿Cómo se va a celebrar?
Desde nuestra asociación, APIT-Galicia, lo que queremos sobre todo es dar a conocer nuestra profesión, ponerla en valor y obviamente nuestro patrimonio. Y si lo podemos hacer de una forma solidaria, aportando algo, pues lo preferimos. Porque nosotros lo de trabajar gratis o trabajar por la propina, no. Tenemos una tarifa, trabajamos cobrando, pero en este caso, al ser nuestro día, hacemos una visita solidaria [plaza de Armas, 11.00 horas] en la que el que quiere acude gratis, no se va a cobrar, pero sí se pueden hacer donaciones que se destinarán a la Federación de Asociaciones de Familiares y Persoas con Enfermidad Mental de Galicia (Feafes), que en Ferrol tiene Aspaneps, Saúde Mental...
La de guía es una profesión muy importante para dar a conocer los recursos de cada zona.
De hecho el lema de este año es “Embaixadores da nosa terra”. Se le transmite al que llega qué hay aquí, cómo somos, qué es lo más importante, destacado, curioso; cuáles son las anécdotas, la forma de ser del compostelano, del ferrolano, del vigués...; y un poco el paisaje, la naturaleza, el clima, la economía, todo. Todo lo que le interesa al que viaja y que quiere conocer un sitio.
Una visita guiada es un primer paso para ponerte en situación.
Claro, yo es lo que siempre recomiendo. Y en esto tengo que decir que hay una renovación. Llevo muchos años trabajando, desde el 99. Al principio planteaba las visitas abiertas en Ferrol y los que se apuntaban era gente mayor; parejitas jóvenes no solían venir, ni pandillas de chavales. De un tiempo a esta parte vemos que la gente joven se ha dado cuenta de que una visita guiada no es un rollo, no es seguir al rebaño y aguantar una turra de una hora y media. No. Es enterarte de un montón de cosas, de anécdotas, es divertido, te pasa el tiempo volando y aprendes un montón y luego ya, por tu cuenta, cuando sigas paseando y descubriendo la ciudad, te va a encajar todo, va a tener todo más sentido y vas a disfrutar más.
En Ferrol, ¿qué visita se prefiere?
Está por supuesto la básica, por el centro de la ciudad: Ferrol Vello y barrio de A Magdalena. Tenemos “Ferrol Secreto”, que ahí el contenido varía en función de quienes vengan. Si es gente de Ferrol y de la comarca hago una visita específica. Si ya viene gente de fuera obviamente metemos también historia básica de Ferrol, Arsenal, astilleros, el XVIII. No es una visita estándar, la adaptamos siempre al público. Y por otro lado están las zonas en las que tú no puedes entrar por tu cuenta: la visita al Arsenal, la de Navantia que hacemos en verano y Semana Santa, y la de San Felipe son las más destacadas.
¿Cuál le gusta más a usted?
Uy, complicado. Es escoger entre hijos. A mí me gusta todo. Pero el Arsenal, para mí, es punto y aparte. Eso y San Felipe son mis dos ojitos, a lo mejor. Pero luego los museos, el Museo Naval y el Museo de la Exposición Naval también. Es que en Ferrol hay mucho. A mí me dice la gente “Es que tenéis tantas visitas que no me llega un día”. Claro, esa es la idea.
¿Qué más comentan los turistas?
El comentario que más oigo, aunque le parezca raro a algún ferrolano, es “Qué bonito es Ferrol”. En general la gente, una vez que tú explicas y les muestras Ferrol, lo valora mucho y gusta, Ferrol gusta. En los últimos años cada vez más vienen a buscarse casa para veranear, para vivir o incluso para jubilarse. Siempre cuento el caso de un matrimonio jubilado de Madrid, que vienen un fin de semana, temporada baja, en una visita privada. Se enamoran de Ferrol y el domingo se van para Madrid con un piso ya apalabrado en la calle Magdalena. A veces los ferrolanos tiramos piedras contra nuestro propio tejado, nos vendemos fatal pero yo intento siempre poner el lado positivo. Veo repunte, veo brotes verdes y últimamente veo más movimiento y eso los visitantes que vienen, gente que ha estado aquí en los últimos cuatro o cinco años, también me lo están diciendo, que lo ven mejor.