Las reuniones llevadas a cabo antes de las fiestas navideñas desde el área de Seguridade del Concello, que dirige la edila Pamen Pieltain, con hostelería y entidades vecinales llevaron a que en esas fechas se pusiesen en marcha una serie de medidas previas a la campaña de intervención que se inicia este fin de semana en el centro de la ciudad, y específicamente en Pardo Bajo y la calle Magdalena, donde se producen más aglomeraciones nocturnas de ocio.
Desde este sábado está prohibido el consumo de alcohol –tanto de menores como de mayores– y, además, se controlarán cuestiones vinculadas con la actividad de ocio nocturno, desde que los locales se ajusten a las licencias, presencia de menores de edad en establecimientos no autorizados para ellos así como el consumo de alcohol por parte de este sector de la población o el cumplimiento del horario de cierre de los pubs o bares.
La vía pública será uno de los principales objetivos de la Policía local, especialmente Pardo Bajo y A Magdalena, donde se concentra la mayor cantidad de gente.
Ya antes de estas medidas que se implantan este fin de semana y que se prolongarán, inicialmente, hasta el 30 de marzo, se adoptaron, como explicó la concejala de Seguridade, algunos cambios, resultado de las reuniones mantenidas con el sector. Así, explicó que se produjo el cambio de vasos de cristal a plástico para salir a la calle, se limitaron los decibelios en algunos establecimientos, y comenzó a instaurarse la figura del portero, para controlar la salida de los consumidores a la calle.
Desde la noche de este sábado se destinarán los efectivos necesarios para dar cumplimiento a los objetivos de la nueva campaña, que no son otros que evitar la bebida de alcohol por parte de menores así como las molestias vecinales con la salida de clientes a la calle como lugar de “marcha”.
Ya desde entidades como la Asociación de vecinos A Magdalena ante la programación de las fiestas navideñas y los conciertos en las calles se habían dirigido a la concejal de seguridade para solicitar una mayor presencia policial en horario nocturno, con el fin de que se cumpliesen los cierres y se garantizase el descanso de los vecinos “teniendo en cuenta que la zona centro es un barrio en el que muchos de los residentes son personas de edad”, señalaba la entidad. También se hacía hincapié en la necesidad de mantener la limpieza de las calles tras las jornadas de fiestas nocturnas.
Precisamente sobre estas cuestiones será sobre las que se haga hincapié, ya que es lo más preocupante. En este sentido, la edila aseguró que no existen, sin embargo, apenas problemas de seguridad vinculados con el ocio nocturno, más allá de algunas gamberradas o destrozos que “son casos aislados”, señaló.