Armarios y estanterías de la pequeña oficina de objetos perdidos, situada en la planta baja del Concello de Ferrol al lado del registro, se encuentran perfectamente ordenadas dentro del caos que puede suponer acumular cientos de llaves, gafas, carteras y otros artilugios que se depositan y acumulan tras ser encontrados en las calles de la ciudad de Ferrol.
Miguel es el policía local que está al frente de esta oficina, dependiente del área de Seguridade, que dirige el edil Germán Costoya, y el encargado de intentar que los objetos regresen a sus propietarios, con una alta consecución de su objetivo.
En esto, las carteras con documentación se llevan la palma. Si el propietario está censado en Ferrol puede localizarse y ser avisado de que su objeto perdido se encuentra a buen recaudo. Si la dirección no es ferrolana, la Policía Local se pone en contacto con sus colegas de la localidad correspondiente y el milagro puede producirse igualmente. Más complicado es cuando la documentación es un carné de conducir, que no tiene dirección.
Por intentarlo no queda y, como destaca el edil de Seguridade, “somos proactivos” y la labor pasa también por intentar encontrar al propietario. Tal es así que el encargado de la oficina relata cómo hasta un móvil encontrado en Os Ancares pudo volver con su dueño con una llamada a un establecimiento de la zona y una dosis de casualidad al conocer a quien lo extravió. Sin embargo, aunque hay excepciones como esta, la oficina recoge únicamente objetos encontrados en su municipio, ya que es el modo en que sea más probable que puedan ser recuperados.
Las carteras con documentación son las más fáciles de devolver a sus propietarios
No parece muy difícil adivinar qué objetos podrían encabezar el ránking en el depósito. Así, los datos referentes a 2022 dejan claro que el manejo constante del móvil hace más fácil su pérdida – 37 teléfonos depositados el pasado año–. Sin embargo, la palma se la llevan las gafas. Hasta 44 anteojos de todos los colores, tamaños y dioptrías llenan cajas en los armarios de la oficina del Concello.
17 carteras, una decena de documentos identificativos, otra de relojes, 13 bolsos y mochilas y hasta 23 joyas, entre alianzas y cadenas de oro y plata se han depositado el pasado año en la Oficina de Objetos Perdidos y se suman a las que todavía no han hallado a sus dueños –como una guitarra que espera volver a sonar desde hace más de un año–
Esta acumulación de objetos ha llevado al área de Seguridade a aprobar hace un par de años el primer reglamento de funcionamiento, en el que queda especificado el tiempo que quedarán guardados los objetos –desde unos diez días las tarjetas bancarias o llaves hasta dos años otro tipo de depósitos–, dónde lo harán –las cuantías económicas se ingresan en una cuenta hasta su entrega– o cómo se demuestra una propiedad –facturas, fotografías, descripciones exactas...–.
La destrucción de los objetos pasado el tiempo correspondiente está llegando también a su fin y así desde la Policía Local han ideado otras posibilidades que optan por el reciclaje o la reutilización. Este es el caso de las llaves. Un acuerdo con la metalúrgica Megasa .ha supuesto que la fundición sea el destino de los cientos de llaves que no encuentran a su propietario.
Un final más solidario es el que reciben las muchísimas gafas que se acumulan en la oficina. La donación al Instituto Galego de Cirugía Ocular (Tierra, 26) favorece que en países africanos o en la India puedan reutilizar las lentes.
Las gafas extraviadas se remiten al Instituto Galego de Cirugía Ocular para su donación a países africanos o la India
Pero además el altruismo puede tener premio y así, quien deposite un objeto encontrado, podrá quedárselo, si lo desea, si en un plazo de dos años no se localiza al propietario.
Aunque son muchos los objetos que no tienen más que valor para quien lo pierde, cabe recordar que el pasado verano se hizo entrega a una familia –el sobre con dinero fue encontrado por una menor– de más de 1.000 euros hallados dos años antes y que no pudieron ser entregados a su legítimo propietario.
El concejal de Seguridade e Tráfico, Germán Costoya, reconoce que todo el mundo sabe de la existencia de la Oficina de Objetos Perdidos del Concello y anima a los ciudadanos que extravían algún objeto a pasarse por ella y a “que no den por perdido nada hasta comprobar si alguien lo ha depositado aquí”.
Germán Costoya asegura que el servicio funciona muy bien y, sobre todo, que es “proactivo”, ya que intenta no solo recopilar y entregar los objetos adecuadamente sino también hallar a los propietarios que dejan alguna pista, especialmente a través de la documentación.