Pancho Varona: "Es un placer actuar en La Room porque es una sala llena de amigos"

Actúa el sábado a las 23.15 horas en la sala ferrolana
Pancho Varona: "Es un placer actuar en La Room porque es una sala llena de amigos"
Las entradas para ver a Varona pueden comprarse en ataquilla.com, el Estanco del Puerto y el Sevilla

En Ferrol, concretamente en la sala La Room, tiene el legendario Pancho Varona una segunda casa. El músico madrileño, compañero de viaje durante cuatro décadas de Joaquín Sabina, regresa a la ciudad naval este sábado –23.15 horas– en el marco de la gira “Punto y seguido”.

 

La gente lo quiere mucho en Ferrol. Este sábado vuelve a actuar en la sala La Room. 
Hay mucha gente interesada en que vaya a menudo, y a mí me encanta porque soy una persona agradecida. Estuve mucho tiempo sin ir a Ferrol y de repente me encontré con la gente de La Room, con Maxi y con Vanesa, que me tratan maravillosamente, así que cada vez que me entero de que vamos allí salto sobre una sola pierna de contento. Es un placer porque es una sala llena de amigos.

¿Qué diferencia “Punto y seguido” de todo lo anterior? 
A mí este formato me encanta, el formato de boca a oreja, contarle a la gente, a dos metros de distancia, cómo se hicieron las canciones. Suelo contar la historia que precede a cada canción, por qué fueron hechas, en qué circunstancias se compusieron, en qué ciudades, anécdotas... Todo en clave de humor porque me gusta mucho reírme de mí mismo, que es el mejor deporte que hay. Creo que la gente pasa un rato divertido escuchando mis historias y cantando las canciones que todos conocemos y, en ese aspecto, el formato para mí es perfecto porque me gusta mucho explicar cosas que la gente no sabe.  

 

Tras tantos años en el mundo de la música, ¿sigue sorprendiéndole el cariño del público? 
Después de 42 años que llevo ya en la carretera, que la gente me siga queriendo y se siga acordando de mí es lo mejor que me puede pasar en la vida. Lo mejor, sinceramente. A estas alturas de la vida, lo mejor que te puede pasar es que te reciban como me reciben a mí en los sitios. No sé por qué, pero algo habremos hecho bien cuando la gente se acerca con una sonrisa, charla con nosotros, quiere hacerse una foto o quiere darnos un abrazo... Lo más preciado que tengo es el cariño de los demás, lo digo de todo corazón.

 

A nivel musical, ¿cuál es el secreto para mantenerse tantos años en un mundo tan volátil? 
Sinceramente creo que gran parte de la “culpa” o del mérito lo tienen las canciones y haber sido una persona que ha trabajado no solamente con Joaquín Sabina durante 40 años, sino que también puede hacer canciones a Luz Casal, Ana Belén, Manolo Tena, Quique González, Miguel Ríos... Esas puertas que se me abrieron son maravillosas que yo atravesé feliz y contento porque la verdad es que tuve la fortuna de trabajar con lo mejor de este país. Eso es lo más importante para seguir en la brecha, que la gente siga tarareando el estribillo de “No me importa nada” o “La del pirata cojo” o “Quiero beber y no olvidar”... Las canciones tienen gran parte del mérito de que la gente no se olvide de los que las hicieron. Hice muchas con Joaquín Sabina y otras muchas para otros artistas. Ese es mi patrimonio más querido y más sagrado.

 

¿Prefiere interpretar sus propias canciones o que sean otros los que lo hagan? 
Me encanta que la gente se enamore de una canción y haga una versión. Suelo ser crítico con las versiones, pero agradecido. Es decir, puedo darle una canción a Ana Belén y simplemente porque ella admita mi canción, la cante, la cuide, la mime y la quiera, para mí es maravilloso. Luego me puedo callar lo que opino de la versión que ha hecho el productor o el arreglista, me puede gustar más o menos, pero estoy agradecidísimo de que Ana Belén coja una canción mía y la cante. Es lo más bonito que le pueden hacer a un músico. Prefiero oír las canciones en boca de otros, pero también me gusta cantarlas yo mismo, porque me sé la versión original, tal y como la hicimos Joaquín y yo en el cuarto de un hotel. Canto la primera versión, la que más me gusta, la primera que sacamos.

 

¿Con qué temas propios que hayan cantado otras personas se queda? 
Hay muchas, la mayoría, que quedaron muy bien, pero hay dos ejemplos claros del trabajo bien hecho, que son “No me importa nada”, con Luz Casal, y “Peces de ciudad”, por Ana Belén, con arreglos maravillosos y cantadas maravillosamente. Son dos ejemplos de trabajo muy bien hecho.

 

¿Le aburre la música que está de moda? 
La música nunca aburre porque, te guste o no, siempre te distrae. A mí me gusta escarbar todas las mañanas en internet buscando canciones nuevas, bandas y solistas que me interesen... No me he quedado anclado en la música de los 70, que es maravillosa y es la mejor del mundo y de la vida. He seguido intentando enamorarme todos los días de algo, y siempre encuentras algo de lo que te enamoras de repente. Es cierto que me enamoraba con mucha más facilidad hace 40 años. Ahora lo hago menos, pero me sigue interesando mucho lo que oigo en radio, en televisión o lo que recomienda la crítica. Y sigo queriéndome enamorar todos los días. 

Pancho Varona: "Es un placer actuar en La Room porque es una sala llena de amigos"

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